La tradición vitivinícola en el concejo de Ibias siempre estuvo muy presente en la población y a día de hoy aún se mantiene muy arraigada e incluso en crecimiento. Así se pudo ver en la celebración de la décima edición de la Fiesta del Vino, en la que una veintena de caldos caseros del municipio se sometieron a la prueba de visitantes y jurado para buscar el mejor de ellos. El que recibió la distinción fue el elaborado por José Leiguarda, de casa Castellanos de San Esteban, que heredó su viñedo de generaciones anteriores y lo conserva con mimo para lograr una producción destinada al consumo propio.

Mil cepas, de las cuales la mayoría son centenarias, se reparten por una sola finca situada a unos kilómetros de la localidad ibiense. Mencía, albarín, moscatel y tinto tempranillo son algunas de las variedades que produce su viñedo y que le han hecho conseguir el mejor vino casero de Ibias. "Este año estaba muy bueno, la gente que lo probaba me decía que era de los mejores, pero el año pasado también estaba bueno y no llevamos ningún premio", reconoce Leiguarda.

A pesar de que su cosecha del año pasado no fue de las mejores, el resultado final ha tenido su recompensa. Su finca se libró del granizo de agosto, pero no pudo escapar de las heladas de primavera, por lo que "tuvimos menos producción, aunque fue una uva que maduró temprano y de ella salió un buen vino".

La elaboración del vino en casa Castellanos se realiza de la manera tradicional y como distintivo se fermenta en un depósito de roble. Esto hace, según su elaborador, que el vino "tenga solera, coge otro aroma de la madera, pero para que salga bien hay que tener muy limpio el depósito".

José Leiguarda se alegra de ver que aún hay gente joven a la que le gusta el vino y que en el municipio esté creciendo la superficie destinada a viñedo, aunque reconoce que no es una empresa sencilla para lograr rendimiento debido a las pérdidas que se producen por problemas meteorológicos o por la acción de la fauna salvaje, como pájaros, jabalíes y osos. En concreto, en el concejo se ha aumentado en ocho hectáreas la plantación de viñedo en el último año y son varios los viticultores que tienen en mente la puesta en marcha bodegas.