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"Esta zona nació monte y va a morir monte", dicen, pesimistas, los vecinos

Edificio en estado ruinoso a escasos pasos de la plaza de La Ribera. G. G.

Aunque cada vez es más difícil dar con vecinos del anfiteatro, porque cada vez hay menos, se pueden encontrar lugareños "encantados" de vivir allí, aunque con una visión crítica de lo que está sucediendo. Es el caso de Ángel Busto, que compró su casa hace sesenta años por 18.000 pesetas. "Esta zona nació monte, y va a morir monte. Porque aquí no quedan ya vecinos, somos, como mucho, seis, y el resto de casas están vacías", apunta Busto, quien ve el plan con buenos ojos: "Si hay gente, se evita que se venga todo abajo. ¿Quién lo cuida, si no son los vecinos?", plantea.

Otro vecino, José Ramón Fernández, confirma la caída en población y en cuidados del anfiteatro. "Está en ruinas, descuidado. Hay bastantes casas en mal estado y la gente mayor ya no suele vivir aquí", dice este lugareño, que también apoya el plan: "Todo lo que se haga por mantener esto en pie es positivo. Si se deja así, acabará cayendo todo".

Otra voz autorizada para analizar la situación de este conjunto, en el que muchas son viviendas de segunda residencia o están sin uso a causa de conflictos con las herencias, es Enedina Fombella, que lleva más de seis décadas residiendo en la zona. "Antes había mucha gente, mucho más bullicio por las calles. Ahora no queda un alma", lamenta desde la ventana de su casa. Esta vecina dice conocer a gente que lleva tratando de vender una casa en la zona "desde hace años", pero los problemas con los trámites de las obras lo impedian. "A ver si ahora se animan y evitan que se venga todo abajo", concluye.

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