Unir por carretera Gijón y Moscú sin pagar ni un solo peaje y a bordo de una Dyane-6 con más de cuarenta años de vida. Es el próximo reto que tiene en mente Jorge Aguirre, gijonés de nacimiento afincado en Ortiguera (Coaña), que sigue empeñado en sumar kilómetros a su querida compañera de viaje, la "Cirila" que ha preparado para la aventura. Tras dar la vuelta a la península ibérica con el proyecto "Uniendo cabos", ahora ultima los detalles para viajar a través del corazón de Europa. Lo hace, además, por una causa solidaria, divulgando la labor del colectivo Duchenne Parent Project, que busca financiación para la investigación de las enfermedades raras.
El anterior viaje, en el que recorrió más de nueve mil kilómetros visitando una treintena de cabos y faros, convenció a Aguirre de que aún existe bondad en el mundo, y de que lo más importante son las personas. "La gente está siempre dispuesta a ayudarte, y es muy bonito comprobar cómo una aventura así logra sonrisas", asegura. Toda esa experiencia se volcará en un libro, que saldrá a la venta "en un mes y medio", y cuyos beneficios irán íntegramente a la asociación Duchenne.
Para este nuevo viaje, que presentó a los amigos y conocidos en el Liceo de Navia, Aguirre seguirá confiando en su infatigable vehículo, preparado para la ocasión con cocina, marcadores digitales y otras comodidades. "He tenido la ayuda de Luis Ríos, que es primero amigo y después mecánico. La máquina tiene 41 años, y aguantaría otros 40 más", señala el aventurero gijonés, que explica que "es el mantenimiento y el estar en uso" lo que la hace rodar sin sufrir apenas problemas.
Jorge Aguirre se deshace en elogios para la "Cirila", nombre con el que se bautizó popularmente a este utilitario, que trató de sustituir al mítico "dos caballos". "Tiene un motor muy resistente, de aluminio, que es muy sencillo de arreglar para cualquiera que entienda un poco. Por lo demás, va perfecta: le cuesta alcanzar los cien kilómetros por hora, pero mejor, porque tampoco frena mucho", bromea.
Itinerario trazado
El itinerario entre Gijón y Moscú ya está trazado. Atravesará Francia, seguirá por los Países Bajos y Bélgica para llegar a Alemania, Polonia, los países bálticos y, finalmente, Rusia. La vuelta la realizará a través de los Balcanes y la zona cercana al Mediterráneo. Serán, aproximadamente, veinte mil kilómetros de carretera, que Aguirre quiere recorrer "sin pagar ningún peaje", por lo que le tocará conocer mucha carretera secundaria.
El próximo viaje plantea dificultades añadidas con respecto al anterior, como es el caso del idioma, o los visados, cuyo trámite puede alargarse. En cuanto lo consiga, se pondrá en marcha. "Llenaré la nevera, y adelante", dice. Tiene previsto contar toda su experiencia a través de las redes sociales, una herramienta que también le ayuda a estar en contacto con amigos, conocidos y amantes de los clásicos.
Una pregunta recurrente es el coste real de la aventura. "Más o menos, es el mismo que el de estar en casa, más el combustible. Los campings son baratos, y si hace mucho frío, opto por hostales", explica Aguirre, que, eso sí, reconoce tener "mucho tiempo disponible" al estar jubilado. "Es cuestión de proponérselo", dice.
