Moal (Cangas del Narcea) vivió ayer su gran cita del deporte por montaña. Desde primera hora, sus calles fueron un hervidero de corredores y visitantes que pudieron disfrutar de la carrera "Puerta de Muniellos", de 32 kilómetros, con el buen tiempo de aliado.

La renovación del recorrido, con un desnivel acumulado de 4.600 metros y zonas más técnicas, convenció a los corredores y a la organización, que considera que consiguió "dar más juego" a la competición. El corredor leonés Pablo Villa se impuso en la prueba con un tiempo de tres horas y dieciséis minutos. El actual campeón de España de carreras de montaña ensalzó la "Puerta de Muniellos", en la que participó por primera vez. "Es un recorrido muy bonito, con zonas muy técnicas y rápidas, es muy completa; además, había mucha gente y voluntarios por el monte, buen marcaje y avituallamientos", enfatizó Villa. De mujeres, ganó la asturiana María Fernández Polonio: cuatro horas y tres minutos.

Entre el público había algunos de los participantes de la carrera del sábado, la de 12 kilómetros, que también sorprendió a sus corredores. "Es una prueba muy dura comparada con otras carreras que hacemos en otros lugares; el barro, el terreno pendiente, pasar por medio de un río, hace que sea una experiencia increíble y durante todo el recorrido hay gente animando", explica Óscar Ribas, de Ibiza. Además, la prueba del sábado contó con la participación del atleta invidente de Villaviciosa Juan Fernández (Juanín), que homenajeó a su guía en la carrera y en otras pruebas, Javier Fernández, presidente de la Asociación Deportiva Moal.

Algo que gustó mucho a acompañantes y visitantes fue el servicio de autobús gratuito a las proximidades de uno de los puntos de la carrera, al pueblo de Moncó. Después de realizar una subida caminando, los espectadores pudieron disfrutar viendo el duro ascenso a la Pena Moncó.

Mientras tanto, en el pueblo, las integrantes de la asociación de mujeres de Moal y voluntarias se afanaban para tener todo a punto para la gran comida que pondría el broche de oro al fin de semana. Durante toda la mañana se prepararon los platos de entremeses y los dulces que se repartieron por las numerosas mesas que, a primera hora de la tarde, recibieron a unos 800 comensales. Acercándose las tres de la tarde, fue el momento de preparar los 70 kilos de arroz en una decena de paelleras, seña de identidad de la "Puerta de Muniellos". Tras la comida, el trabajo no acabó y todos los excedentes se embalaron para donar esa misma tarde a la cocina económica de Oviedo. El año pasado, con el caldo de arroz sobrante se dio de cenar a 120 personas.