El lunes comenzará la semana más intensa del año para los alfombristas castropolenses, pues deben recoger el grueso de la flor con la que el domingo 3 de junio vestirán de fiesta las principales calles de la villa por el Corpus Christi. Atrás quedan meses de trabajo callado para dar forma a los diseños que sorprenderán a las cientos de personas que cada año no se pierden esta Fiesta de Interés Turístico Regional.

"Hay alfombras muy curradas que van a sorprender", señala la presidenta de la asociación El Pampillo, Maite Muiña. Aunque El Pampillo se ocupa de la mayor parte de las calles, también participan en la elaboración de alfombras grupos de vecinos ajenos al colectivo. Todos suman para que Castropol luzca más bello que nunca.

Muiña señala además que este año han contando con una cifra bastante aceptable de colaboradores e incluso se ha sumado gente nueva como Ana García. "Es una tradición que hubo siempre y hay que apoyar. No se sabe el trabajo que da hasta que se pone uno a hacerlo. Son muchas horas y poco tiempo", apunta esta castropolense. Con todo, la presidenta de El Pampillo está tranquila porque hay mucho trabajo avanzado: "Vamos bien".

Esta semana han comenzado con la recogida de la flor conocida como pampillo, que guardan en bolsas en la nevera y la semana que viene toca el turno del resto de especies, entre ellas la rosa. La mayoría procede del jardín de Justa Pérez, que está preocupada por el retraso en la floración este año. Además teme que las lluvias de las últimas horas la echen a perder. "Están atrasadas porque vino muy mala primavera para las flores. El agua y el frío no les dejaron avanzar. Me hacía falta una semana de sol", se lamenta, mientras su marido la tranquiliza: "Vas a tener flores, no te preocupes".