"En todos los años que llevo en el club, nunca había sentido tanta unión y complicidad entre jugadores, afición y familias". El que habla es Ángel Martínez, capitán del equipo de categoría Regional de la Unión Deportiva Castros, de Coaña. Quizás ese sentimiento de comunidad haya sido una de las claves que ha permitido a la entidad superar todas las adversidades, como la escasez de fichas o las largas distancias, y completar una temporada exitosa, con tres ascensos en otras tantas categorías. "Sabemos superar las dificultades", destacan los dirigentes del club.
El pasado viernes, tres equipos de Los Castros fueron reconocidos por el Ayuntamiento tras haber logrado el ascenso de categoría: benjamín, alevín y el primer equipo. Un hito sin precedentes para el conjunto coañés, que lucha desde hace años por hacerse hueco en el panorama del fútbol comarcal.
"En las categorías inferiores, en ningún momento se planifica la temporada pensando en resultados deportivos. Lo que se busca es contar con un número de niños suficientes para poder sacar el equipo con un mínimo de fichas para poder competir", explica Ángel Martínez, que además de dejarse la piel en el campo, colabora en el trabajo de la directiva. Incide en que lo más importante es "formar personas y jugadores, que todos disputen partidos y que aprendan", y que luego ese buen trabajo se puede ver recompensado. "El buen rendimiento engancha, y eso motiva para llegar hasta el final", dice.
Y eso que las adversidades están ahí. El equipo benjamín, que compite en fútbol sala, solo contaba con seis componentes. "Todos se mostraron muy comprometidos con el equipo", dice Martínez. Las distancias al centro de la región son otra dificultad añadida: "Si quieres ver un partido, lo mínimo es desplazarte cien kilómetros, y lo mismo sucede para jugar. Eso se nota en el rendimiento", apunta Manuel Lebredo, técnico del primer equipo, que cree que los buenos resultados se han dado gracias a la conjunción de "las pautas de los entrenadores, la calidad de los jugadores y la disposición de las familias". Lebredo también elogia la "calidad humana" de todos los deportistas del club coañés.
En un momento en el que se multiplican las escuelas y las alternativas deportivas para los más pequeños, y en el que cada vez hay menos niños en la zona rural, en la Unión Deportiva Castros tienen claro el camino a seguir: "Creemos que lo más importante es que los niños y los padres y madres estén a gusto, disfruten y haya buen ambiente", asevera Ángel Martínez, convencido de haber dado con la fórmula.
