La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El galeón del Eo saca pecho

"El barco se conserva en una proporción muy notable, más de lo que esperábamos en un principio", señala el arqueólogo director de la investigación del pecio

Buzos trabajando estos días en los restos del galeón. XUNTA DE GALICIA

El equipo de investigación contratado por la Xunta de Galicia para estudiar el "San Giacomo di Galizia", el galeón del siglo XVI hundido en la ría del Eo, remató ayer sus trabajos con un balance muy positivo. "El barco se conserva en una proporción muy notable, más de lo que esperábamos en un principio", constató el director de esta campaña de sondeos, el arqueólogo subacuático Miguel San Claudio.

"Los objetivos se han cumplido con creces. Hemos desarrollado la intervención con grandes estándares de seguridad, hemos sido capaces de hacer el trabajo de una manera razonable, segura y alcanzar los objetivos previstos, así que estamos muy contentos", apuntó San Claudio, el descubridor del pecio en 2011, durante las labores del dragado del canal de navegación de Ribadeo, donde está hundido.

El equipo de expertos ha descubierto que debajo de la arena que cubre este pecio "hay un estrato de un fango orgánico, arqueológicamente fértil", es decir, que se dan las condiciones idóneas para la conservación de los restos del naufragio. Además, añade San Claudio "en este estrato hay una gran cantidad de materiales", lo que, a su juicio, resulta esperanzador de cara a futuras intervenciones.

Ya en la campaña realizada en 2015, en el marco del proyecto del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) "ForSeaDiscovery", se vislumbró la existencia de zonas con muchos restos, algo ahora confirmado: "Su extensión es general en todo el pecio, que conserva desde barriles hasta la compartimentación interior del barco".

Aunque el arqueólogo gallego se muestra cauto sobre el futuro del pecio, sí que considera interesante seguir trabajando en su conocimiento: "Sería interesante continuar. Este barco tiene una gran importancia desde el punto de vista de la historia marítima, es un barco que es un objeto único en el mundo, no conocemos otro elemento como este, y sería deseable continuar las investigaciones".

Tras los sondeos efectuados durante estas dos semanas, el equipo de trabajo ha colocado una malla protectora sobre el pecio, la misma que se colocó en el año 2012 y que ha dado muy buenos resultados. En este caso, se ha situado en las zonas donde se realizó la intervención. " Este sistema de protección funciona muy bien bajo el agua, en las condiciones que tiene esta ría, y pensamos que es un sistema perfectamente válido", añadió San Claudio. La malla está compuesta de dos láminas, una de plástico y otra metálica, que impide que la arena se desplace sobre la superficie y erosione el yacimiento.

Además de un plantel mundial de prestigiosos expertos en arqueología subacuática, los trabajos han contado con el apoyo logístico de la unidad de buceo de la Armada. El comandante Ángel Lozano explica que en sus siete años en esta unidad, que tiene base en El Ferrol, "nunca había visto un pecio en este estado". Añade que todos los expertos con los que ha trabajado estos días "lo consideran un pecio único".

El barco, que sorprende por su buen estado de conservación, fue diseñado para el combate, algo así como un acorazado de la época. Pertenecía a la flota del rey Felipe II y se hundió en la ría del Eo en 1597, tras sufrir un temporal y el ataque de tres navíos.

Compartir el artículo

stats