Ramón Sánchez-Ocaña se llevó para casa una escultura de alabastro y mármol que representa a una guisandera. La obra es una miniatura de una mayor que está colocada en la ovetense calle Gascona. "La hizo mi hija María Luisa", bromeó el periodista asturiano, cuya labor divulgativa fue reconocida por la asamblea del Club de las Guisanderas, la asociación que lleva lustros defiendo la pervivencia de la cocina tradicional, cosa que Sánchez-Ocaña aplaudió contando que hacía poco había visto cómo servían "unos espárragos con vinagre de fresa". "Esto son ocurrencias. Llevamos demasiado tiempo exhibiendo platos y no comiéndolos", apuntó.

El conocido periodista -presentó durante cerca de una década el legendario programa de televisión "Más vale prevenir", un trabajo que le colocó del lado de la divulgación de la salud y también de la gastronomía- se confesó "amante de todos los platos del mar". Habló de que él mismo cuece el marisco que compran en su casa. "Y, además, frío el pescado". Lo que no hace es un trabajo mayor. "Meterlo en el horno es una cosa que le dejo a mi mujer", se rió.

Las Guisanderas de Asturias quisieron reconocer a Sánchez-Ocaña porque sigue el mismo camino que hollan las cocineras cada día frente a sus potas. Todo esto es lo que quiere decir la miniatura que diseñó la hija del periodista y que se viene entregando, como explicó la presidenta del club, Amada Álvarez Pico, "antes de que comience julio" las mujeres que abanderan el buen comer y el buen cocinar.

El reconocimiento a Sánchez-Ocaña se celebró el lunes en la sidrería Yumay de Avilés, local cuya cocina gobierna Lola Sánchez: "La única guisandera que no es de Asturias", señaló Álvarez Pico.

Carlos Guardado, de la cofradía de Gastrónomos del Yumay, fue el encargado de glosar al periodista tras una cena que sirvió también para presentar el informe de gestión de la asociación de cocineras donde destacó la colaboración con el Principado, Alsa, Iberia y El Corte Inglés para servir "cocina tradicional asturiana" en más de un centenar de centros comerciales.

Cuando tomó la palabra Sánchez-Ocaña explicó las bondades de la cocina hecha con mimo y con la sabiduría de los años. Defendió que entre fogones se hace región. "La cocina, no lo podemos dudar, también es un atractivo turístico", reparó el popular periodista.