Cudillero vivió ayer una jornada de numerosos incidentes a causa de la lluvia. Después del tornado que dejó cuantiosos daños materiales el pasado lunes en Ballota, esta vez fue la lluvia la que provocó inundaciones por todo el concejo y también el desbordamiento del río que atraviesa la capital del municipio. "Se montó una balsa de agua increíble y los operarios tuvieron que achicar agua toda la tarde", aclaró el Alcalde, Ignacio Escribano.

El gobierno municipal se vio obligado a actuar de urgencia, al no ponerse de acuerdo la Confederación Hidrográfica del Cantábrico y la Demarcación de Costas, tal y como señaló el teniente de Alcalde, Felipe Fernández.

Para poder liberar el agua embalsada y evitar que el corte de uno de los accesos a la villa, el procedente de Villademar, una pala realizó labores de retirada de lodos durante toda la tarde. Finalmente, no fue necesario desviar el tráfico.

Los operarios municipales se vieron "desbordados" por las continuas llamadas de vecinos solicitando ayuda. El gobierno municipal documentó argayos en localidades como Gallinero, Lamuño y Valdredo y también inundaciones en varias vías públicas. En el último pueblo, las intensas lluvias dejaron calles anegadas. El agua dificultó el paso de los vehículos, pero no llegó a impedirlo. El Ayuntamiento quiere lanzar un mensaje de calma.