"A La Garganta hay que venir porque es una tradición de siempre", defiende el tratante de ganado José Quintana, de El Gumio (Boal). A mediodía ya había vendido cuatro ejemplares, tenía dos más apalabrados y confiaba en que por la tarde repuntaran las ventas. "Falta un cacho para empezar a vender", bromeaba en la zona de exposición de ganado de la feria de Santa Ana, una cita centenaria, punto de encuentro habitual de asturianos y gallegos.

Quintana y el vendedor Pablo Gayoso comentaban ayer la recuperación que está registrando la feria en los últimos años. Aunque, a juicio de Gayoso, las ventas son más escasas de lo que deberían por la "poca gente que queda en los pueblos". Del lado de los compradores, el boalés Antonio González es de los que no se pierden la feria: "Hay mucho ganado y mucha gente que viene a pasar el día y a merendar".

El alcalde de Villanueva, José Antonio González Braña, explicó que este año la cifra de participación fue muy elevada, con presencia de "seis ganaderías grandes de Asturias y de Galicia", además de setenta puestos de venta ambulante procedentes de diferentes puntos del país, como Extremadura, Cantabria y Madrid. "Está todo lleno", precisó a primera hora de la mañana.

El regidor estuvo acompañado por el portavoz del PSOE en la Junta General, Marcelino Marcos Líndez, quien se desplazó a Villanueva para mostrar su apoyo a esta celebración, "un ejemplo más de cómo se sigue apostando por mantener las tradiciones". A renglón seguido, hizo hincapié en la importancia de "apoyar al sector agroganadero y defender al profesional". En este sentido, considera que el reto de cara a la nueva Política Agraria Común (PAC) es lograr que las ayudas "vengan con carácter prioritario a los auténticos profesionales, los que viven de ello".

En la zona de venta ambulante cada año son más los expositores y más variados sus lugares de procedencia. Entre los que probaron por primera vez estuvo Joaquín Cáceres, que se desplazó desde Extremadura para vender su pimentón, elaborado a la manera tradicional. Explica que un comerciante de Mondoñedo le avisó de la feria y decidió probar: "Algo se ha vendido; si puedo, es posible que repita".

Muy cerca de Cáceres se colocó la ribadense Marina Bouso, que despachó bonito y empanadas, entre otros productos: "Es una feria muy tradicional en la que se vende y a la que viene mucha gente".

La actividad en los Oscos continúa hoy, en concreto en San Martín, donde, a las siete de la tarde, habrá un debate sobre despoblación titulado "Invierno demográfico". Mañana se celebrará la segunda edición del Mercado de la Reserva de la Biosfera, con más de 40 puestos.