El gobierno de Cudillero busca el respaldo de los habitantes del anfiteatro para instalar el proyectado ascensor y comunicar la zona alta, más deteriorada, con la plaza de la Marina. "Nuestra idea es que sea de uso gratuito para los residentes; los turistas, deberían pagar algo simbólico, 50 céntimos, por ejemplo", explica el alcalde, Ignacio Escribano. Para ello, se dotará a los residentes de una llave o tarjeta, como ocurre con algunos garajes privados.

Con esta fórmula "también pretendemos lograr la autofinanciación", añade Escribano. Todo lo recaudado se podría invertir en el mantenimiento. El gobierno pixueto busca, además, un compromiso económico externo. "No tenemos presupuesto para financiar íntegramente un proyecto de este calado, pero buscamos alternativas y miramos a Ribadeo, donde fue el Gobierno de España el que financió la obra", añade.

El propósito del ejecutivo pixueto es lograr un compromiso de otra administración o, incluso, una empresa privada este mismo año. La instalación del ascensor se encuentra dentro del plan mayor que diseña el Ayuntamiento para evitar el deterioro del anfiteatro, un barrio catalogado bien de interés cultural que con los años ha caído en el abandono.

De un lado, se pretende que los propietarios de las viviendas tengan más facilidades para hacer obras. En las actualidad, deben dirigirse a la Dirección General de Patrimonio, encargada de dar el visto bueno a los proyectos de reforma, rehabilitación integral o construcción nueva. Con el nuevo plan del gobierno, el vecino interesado tendría la posibilidad de conocer en el mismo Ayuntamiento las limitaciones en la obra, según la ubicación del inmueble, y las características, en caso de hacer una rehabilitación, de la vivienda originaria.

Por otro lado, se pretende que esta zona alta de la capital pixueta tenga más visitas "y más vida" para evitar el abandono del barrio y la falta de cuidados. Para ello, el Alcalde estudia poner en marcha un mercado y otras propuestas de ocio y culturales en la parte alta del barrio.

Escribano asegura que, una vez concluido el mes de agosto, solicitará una reunión con la Dirección General de Patrimonio para avanzar en esta idea, "necesaria", según el regidor. Y es que, en la actualidad, los propietarios de las viviendas habitadas tienen que sortear callejuelas empinadas, y muchas con escaleras. Para las personas de más edad o con movilidad reducida, vivir en este barrio "es una odisea".

La instalación del ascensor no cuenta, en todo caso, con el beneplácito de los todos los vecinos. Según ha podido comprobar este diario, algunos piden más limpieza y mejor mantenimiento antes de colocar un elevador que, para algunos vecinos, podría hacer de este barrio un lugar masificado en plena temporada de visitas. De hecho, el anfiteatro es una de las estampas que más llama la atención de los visitantes. Sus coloridas casas fueron escenario de películas y componen una imagen icónica para Cudillero.

En la actualidad, los turistas siguen visitando este barrio protegido, pero en él se pueden encontrar viviendas abandonadas, humedades, rincones malolientes, abundante vegetación e, incluso, basura.