El gerente del hotel de Belmonte de Miranda en el que se produjo un incidente con turistas andaluces por el que intervino la Guardia Civil ha querido expresar su agradecimiento por el apoyo recibido así como aportar nuevos datos de su versión sobre lo sucedido el domingo, cuando llegó el grupo de visitantes sevillanos al alojamiento. Por unos "problemas de coordinación" no estaban disponibles algunas habitaciones y la discusión se empezó a enconar, hasta que algunos de los turistas del grupo pidieron el libro de reclamaciones, algo que no encontraban en el establecimiento. La intensidad de la discusión fue acrecentándose y la Guardia Civil terminó haciendo acto de presencia, interponiendo una demanda algunos de los huéspedes por la ausencia de hojas de reclamaciones. Un hecho y una denuncia que contrasta enormemente con los excelentes comentarios y notas que tiene el hotel asturiano en las principales plataformas de internet.

El gestor del hotel relata lo sucedido, retrotrayéndose a horas antes de la llegada de la expedición andaluza. "El sábado por la noche, a las once y media, tuve un accidente de tráfico que casi me cuesta la vida en Belmonte de Miranda. Nos tuvimos que ir mi mujer y yo al HUCA hasta las seis de la mañana, cuando volvimos a casa, yo con un pie roto y una contusión importante en la rodilla derecha", cuenta. A lo que añade: "A las siete de la mañana nos vestimos y nos dirigimos al hotel sin dormir nada y con un accidente encima. El coche quedó en siniestro total. Fuimos para el hotel a reorganizar todo y seguir trabajando en cosas. Todo fue muy bien hasta que llegó el grupo. Comen en el restaurante, donde tenían pactado hacerlo. Tuvimos un problema en la cocina, porque ese día dos personas se dieron de baja. Un problema añadido. Pero se les da la comida".

Tras el servicio de comida, el gerente, convaleciente del accidente, se encontró "muy mal" y tuvo que irse "a descansar", por lo que no estaba en la recepción del negocio para tratar con los huéspedes. Entonces comenzó el incidente y las discusiones con las trabajadoras que se quedaron en el hotel. "Al encontrarse tan mal no le avisaron. Quedaban tres habitaciones por hacer, sólo tres. Y si hubiera podido estar, seguramente todo se habría solucionado muy bien", cuenta. La situación se agravó cuando pidieron las hojas de reclamaciones y con la llegada de la Guardia Civil, momento en el que el gerente fue alertado de la situación y se acercó en muletas "hasta que una persona me cogió en coche y me llevó".

Los implicados en la discusión estaban "en un nivel de nerviosismo y ansiedad difícil de controlar porque no se había tranquilizado a los huéspedes". Para más inri, no encontraban el libro de reclamaciones. "Claro que lo teníamos, pero no en su sitio. Sí lo teníamos, pero en otro lugar. Pero llamaron directamente a la Guardia Civil sin querer dialogar", cuenta.

Según narran en el hotel, los mismos turistas sevillanos "discutieron con todo el mundo: mayorista, guía.. Dicen quienes lo vieron que jamás encontraron un percal de este calibre".

En cualquier caso, el gerente confía en pasar página una vez las aguas se han calmado y el grupo de turistas sevillanos enfadados ya están disfrutando de los lugares y gastronomía locales. "Se solucionará y a seguir adelante. Queremos dar las gracias por el apoyo que hemos tenido de clientes y amigos", afirma.