"Es un homenaje a los extranjeros que introdujeron el surf. Gracias a ellos Tapia tuvo un antes y un después", precisa el concejal de Turismo y Deportes de Tapia, José Emilio Reiriz. El acto institucional para conmemorar los 50 años de surf será hoy a las ocho de la tarde en el auditorio.

Estará protagonizado por los australianos Robert Gulley, John Ford y Geoff Player, que organizó un viaje relámpago para no perderse el evento, y por el francés Robert De Carlo. "Los tapiegos queremos agradecerles lo que hicieron. No todos fueron surfistas pero formaron parte de aquel movimiento que cambió la Tapia de entonces y le dio un aire de futuro y promoción turística que la villa tanto necesitaba", apunta Reiriz, que invita a todos los tapiegos a estar presentes en este reconocimiento.

"La idea de que el surf se quedara aquí era una utopía, un sueño, pero está claro que a veces se cumplen y hoy Tapia es un referente en el mundo del surf", concluye el edil.

En el acto intervendrán diversas personas por su papel pasado o presente en esta aventura. Hablará Esteban Sánchez-Ocaña, que en aquella época era de los pocos que hablaba inglés en Tapia y sirvió de traductor para fomentar el entendimiento entre tapiegos y australianos, también intervendrá Martín Carrasco, que presidía la Comisión de Fiestas de la época y vio en el surf una manera de promocionar turísticamente el pueblo. Y hablará el musicólogo Félix Martín, pues está escribiendo un libro que pretende recopilar toda la tradición surfista de la villa.

Reiriz explica que está prevista la proyección de un vídeo que recopila imágenes de la época y, por último, se dará la palabra a los extranjeros, auténticos protagonistas del acto. "Con todo esto queremos recordar la historia de cómo llegó el surf a Tapia y cómo se convirtió en nuestra seña de identidad", apunta Reiriz, que lleva semanas dando forma a este evento tan especial para los tapiegos.

Nadie duda de que aquellos foráneos cambiaron Tapia en los sesenta, pero también el concejo dejó una huella imborrable en ellos. "Todos queremos quedarnos aquí", sentencia De Carlo.