El Principado no autoriza por segundo año consecutivo el juego de la suelta del pato de Cueva, previsto el próximo domingo a las cinco de la tarde en la desembocadura del río Esva. En este juego, un animal hace de señuelo para un grupo de nadadores que le intenta dar caza mientras el ave intenta, de forma instintiva, huir.

La Consejería de Desarrollo Rural rechaza de este modo, como ya hizo en 2017, que un animal participe en un juego festivo y que se entregue como trofeo.

La organización mantiene la convocatoria. El portavoz, José Manuel Peláez, entiende que el pato "no sufre maltrato" y por ello, como ocurrió en años anteriores, se soltarán los animales "que este año no serán perseguidos porque no hay caudal suficiente", explica Peláez. De hecho, se han suspendido todos los juegos náuticos, salvo la cucaña. "Nosotros tenemos claro que no se hace daño al animal y por ello siempre vamos a solicitar el permiso para soltar patos y poder hacer el juego", añade Peláez, quien insiste en que la fiesta "es un homenaje a este ave y por eso necesitamos patos".

Este año, los animales que se soltarán (ayer la organización no conocía el número exacto) se encuentran en un centro de recuperación. Son cedidos por la Consejería de Medio Ambiente a petición de la organización. En la fiesta del año pasado, se soltaron dos ánades reales bajo la supervisión de la Guardería rural, pero no se realizó el juego.