Tineo despidió ayer a Manuel Castaño o, como lo conocían muchos, "Manolín de Ceceda". Su capilla ardiente y su funeral en la iglesia parroquial de Collada fueron un hervidero de familiares, amigos y vecinos que querían mostrar su cariño y sus condolencias a una familia rota por su inesperada muerte, y que querían dar un último adiós a un hombre entrañable que dejó huella entre todos aquellos que tuvieron la oportunidad de conocerle y de compartir tiempo con él.

La tarde del martes un fatal accidente hizo que el vecino de Ceceda, de 59 años, perdiese la vida al precipitarse desde el tejado de un tendejón anexo a su vivienda mientras trabajaba en su reparación.

Manuel Castaño, cantante aficionado, se preparaba estos días para asistir al concurso de tonada de Ponga. Hacía tres años que había decidido apuntarse a la Escuela Municipal de Música de Tineo para asistir a las clases de canto y tonada que imparte la cantante Marisa Valle Roso, quien ayer, tras asistir al funeral de su alumno, confesaba sentirse muy triste. "No acabo de creerlo todavía, es de esas personas que dejan huella, trabajador, participativo, cariñoso... siempre se preocupaba por los demás", resalta Valle Roso.

La cantante asegura que lo echará de menos en sus clases. Apunta que, a pesar de su duro trabajo en la ganadería, "siempre lograba organizarse para asistir y participar en todos los festivales que celebrábamos". Además, Marisa Valle Roso veía en él unas grandes facultades como cantador. "Empezó tarde, pero tenía un gran futuro porque lo hacía muy bien; no se valoraba y cantaba que lo quemaba", subraya.

La directora de la escuela tinetense, Rosa Fernández, asegura que deja "un hueco difícil de llenar". Lo recuerda como una persona alegre y noble, que destacaba por su buen trato con todo el mundo, también con los alumnos más pequeños. Recuerda con cariño cómo Manuel Castaño le contaba que sus lugares de ensayo eran la corte, el tractor y el prao, donde pasaba gran parte del día. "Quiso experimentar en los concursos de tonada y nos llevamos todos una sorpresa y una alegría cuando vimos que llegó a la final en Cangas", dice Fernández.

Consiguió el segundo puesto en la categoría de nuevas voces de la segunda edición del Concurso de canción asturiana "Valle del Narcea" que se celebró en Cangas del Narcea. Uno de sus organizadores, y amigo del fallecido, José Antonio González, "el Cantu la Vara", se mostraba conmocionado por su fallecimiento. "Fue un golpe muy fuerte para todos". González rememora que se pasaban horas hablando, "era muy campechano y abierto, y nos apreciábamos". En cuanto a su voz, señala que "cantaba muy bien, tenía voz y madera".