El incendio que estuvo a punto de cercar Navelgas (Tineo) el pasado domingo dejó "un buen susto en el cuerpo" a María Cruz Bueno, propietaria de una empresa de producción hortícola asentada en el pueblo más afectado por las llamas, Foyedo. "Pasamos bastante miedo", confiesa esta mujer tinetense, mientras observa, todavía nerviosa, el humo que sale ya con menos intensidad del frondoso monte que rodea el pueblo.
Las llamas llegaron cerca de su casa y huerta el pasado domingo. Ayer, el Principado dio por controlado el incendio, pero las labores para refrigerar la zona incendiada continuaron durante la jornada. "Pasamos miedo. Si ves de cerca las llamas no piensas que estás a salvo; saltaban las chispas por todas partes y temimos que alcanzaron los invernaderos", explica Bueno.
El fuego también amenazó otra vivienda deshabitada, cercana a la huerta de la empresaria. Finalmente, no hubo que lamentar daños humanos ni materiales ni tampoco fueron necesarios desalojos precipitados. "Somos pocos vecinos en el pueblo, por esto estamos agradecidos a los bomberos", explica esta vecina, quien asegura que el intenso trabajo de las brigadas desplazadas al lugar fue "decisivo" para que las llamas no llegaran a las casas.
Se estima que el incendio se declaró tras el mediodía, en una jornada de intenso calor, cerca de la carretera, casi en el monte de Conto. Si algo no es ajeno a Navelgas y su entorno es precisamente el fuego. Todos los años se sofoca, al menos, uno. Y en la mente de todos están los violentos incendios de octubre del año pasado en el Suroccidente.
Las investigaciones no esclarecen aún si el del domingo fue o no provocado, pero los vecinos sospechan: "Siempre pasa lo mismo y creemos que son intencionados".
En un tramo de la vía se puede ver con claridad el daño del fuego a la vegetación: lo que el domingo por la mañana era verde, "hoy es negro y así seguimos como si nada", apunta la misma mujer. Más adelante, dos vecinos de Navelgas vigilan el humo que todavía sale de la montaña. Han salido a dar el paseo matinal. "No tenemos miedo, lo que sentimos es tristeza".
En las labores de seguimiento de ayer participaron efectivos de Bomberos de Asturias de los parques de Tineo, Valdés y Cangas del Narcea y dos cuadrillas de empresas forestales.
