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El "viaducto fantasma" trae de cabeza a vecinos y turistas de Cudillero tras cinco años cerrado

"Esto es tercermundista", claman los empresarios y los residentes sobre el estado de la vieja nacional, cortada en El Rellayo y con señalización deficiente

Los dos viaductos de Cudillero, a la altura de Artedo: el alto, el de la autovía; el bajo, el de la antigua nacional 632, ahora cerrado. A. M. SERRANO

Hay un pueblo en Cudillero al que es difícil llegar. Los turistas se pierden y los vecinos y empresarios se quejan de la escasa señalización. Se trata de El Rellayo, una aldea de 12 casas, cercana a la capital del municipio, que desde 2013 sufre las consecuencias del llamado "viaducto fantasma": el antiguo paso de la antigua nacional 632 que en 2012 quedó cerrado e inutilizado al abrirse la autovía del Cantábrico.

"Esto es simplemente tercermundista", lamenta Patricia Arias del estado de la zona y su señalización. Es una empresaria afectada, pues tiene una casa rural y ve como cada día los turistas se enfadan. "He creado un enlace para que lleguen gracias al GPS, pero ni con eso; si fallan los datos, ya están perdidos", señala.

El problema principal se encuentra en la señalización. Para llegar al pueblo es necesario salir de la Autovía y pasar la glorieta en sentido Artedo. A medida que el vehículo avanza empiezan a sortearse los bolardos, "colocados como si esto estuviera en obras", detalla Arias.

Siguiendo las indicaciones se puede tomar, casi de frente, la dirección que lleva a la playa de La Concha de Artedo y San Martín de Luiña. Es el camino más utilizado por los turistas, tengan o no ese destino. En caso de girar a la izquierda, los visitantes se encuentran, justo a la derecha, con un acceso cortado, el que lleva al antiguo viaducto de la N-632. "Y aquí empiezan los contratiempos; nadie da crédito al estado de este cruce, todo el mundo pregunta, todos piensan que no se puede acceder al pueblo porque el camino está cortado", señala Arias.

Efectivamente, a mediodía, hora punta, es fácil ver coches, autocaravanas y camiones dar vueltas, hacer giros incorrectos y preguntar a los viandantes por su dirección. "Casi nadie se encuentra y ya hemos sacado de pueblo a un trailer en plena madrugada", señala la empresaria. "Incluso los peregrinos tienen problemas para llegar al Camino", dice.

Los vecinos del enclave se han cansado de dar vueltas. Han pedido ayuda al Ayuntamiento de Cudillero y también han dirigido distintas propuestas a la Demarcación de Carreteras para, al menos, poder indicar sus negocios en la misma señal que utiliza el Ministerio Fomento para advertir del acceso cortado al viaducto y de la prohibición de circular, incluso a pie. "No hemos conseguido nada y el único cartel que puse lo tuve que retirar porque la sanción ascendía a 6.000 euros", señala Arias.

Los vecinos se quejan además del abandono Cuando se accede desde la glorieta a la carretera nacional 632 es posible ver un cartel que indica los pueblos cercanos. "Lo que ocurre es que el cruce es confuso y muchas veces la maleza impide ver los carteles", destaca esta vecina, quien añade que algunas veces se limpia, pero "desde que se cerró el puente en 2013 por aquí no pasó ni una máquina". No hay mantenimiento en una carretera, hoy por hoy, fantasma. En caso de desechar la Autovía, la alternativa para llegar a los pueblos cercanos es utilizar la sinuosa carretera de la costa, la vieja, que se dirige al vecino concejo de Valdés a través de un reguero de curvas y un peligroso y angosto trazado, especialmente para vehículos pesados.

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