Alcanzar los cien años de vida, mantener la esencia y hacerlo en brillante plenitud no está al alcance de todas las romerías. La jira de Frexulfe, que cierra las populares "Telayas" de Puerto de Vega, lo logró en la jornada de ayer, reuniendo en el entorno del arenal naviego a multitud de participantes. El buen tiempo reinante y las ganas de pasárselo bien animaron la fiesta, que celebró el centenario como mejor saben los vecinos de Puerto de Vega, disfrutando al son de las charangas.

Los romeros partieron de la localidad por la mañana, pasaron el día en Frexulfe y regresaron a la tarde. Todos enfundados en vestimentas blancas, como manda la tradición. "Es una alegría y un orgullo cumplir cien años de esta manera. Es un día para compartir con la familia y con los amigos", expresó José Ricardo García. Por su parte, David Luiña estuvo muy bien acompañado por su hija Irene. "La jira nos une a lo que somos, demuestra el arraigo que tenemos a nuestro pueblo, y por eso tiene personalidad propia", afirmó.