Si algo hace en su vida la alpinista canguesa Rosa Fernández Rubio es recorrer países en busca de sus cumbres y, en muchas de ellas, ha visto la trashumancia, "esa que modela paisajes, abre caminos y crea oficios".

La deportista se convirtió ayer en la pregonera de la décima edición de la Fiesta de la trashumancia de Somiedo, y, con sus palabras, quiso ensalzar el poder de esta práctica que no entiende de fronteras. "Los vaqueiros trashumantes fueron mal mirados por los 'xaldos', que caían en el viejo pecado de la exclusión y el clasismo, pero lejos de ser bichos raros, la forma de vida trashumante abarca cinco continentes", dijo Fernández en un aplaudido pregón.

También rechazó los nacionalismos, tan de actualidad. "Hoy las fronteras vuelven a estar presentes pues unos las quieres quitar y otros las quieren reinventar en nombre del ultranacionalismo. Incluso en esto podríamos aprender de la trashumancia, sin más frontera que el horizonte", indicó.

En un pregón pronunciado en el incomparable escenario de los lagos de Saliencia, Fernández homenajeó a la mujer trashumante porque "es fácil pensar que el día a día exigiera un esfuerzo doble o triple a las mujeres".

En la romería se nombró "Pastor Mayor" al Parque Natural de Somiedo, que celebra el 30.º aniversario de su fundación.

Cientos de personas asistieron a la fiesta, a la que el tiempo respetó en las cumbres somedanas. Eso permitió disfrutar de la música y de la buena comida inspirada en la de los antiguos pastores.