Entre vítores y aplausos de sus vecinos de Villatresmil, y de rodillas, cruzó en la tarde de ayer Fernando Álvarez Mon, "Cañón", la puerta del santuario del Acebo, en Cangas del Narcea. Con sangre en las rodillas, se postró ante la imagen de la Virgen, a la que pidió que intercediera por la causa que lleva semanas reivindicando: que el Arzobispado de Oviedo invierta en el templo de la localidad tinetense la herencia que una vecina cedió en su testamento para este fin. "A día de hoy, no han hecho nada, y la iglesia necesita una reforma. Es una injusticia", clamó Cañón, muy conocido en el Suroccidente por su peculiar manera de alzar la voz. Hace unos meses plantó berzas en una carretera para pedir su reparación.

Esta vez, Álvarez Mon se propuso alcanzar de rodillas el santuario del Acebo, centro de gran devoción en el Suroccidente, cubriendo en varias etapas los cuatro kilómetros que hay desde la localidad de Vegalapiedra. Ayer finalizó el recorrido, en lo que no dudó en calificar como "un momento histórico", y en el que contó con el aliento de decenas de vecinos.

"Lo único que queremos es que se nos escuche, que atiendan la reivindicación y que con el dinero que dejó nuestra vecina hace ahora ocho años se repare la iglesia de Villatresmil", dijo Cañón. El templo, explicó, necesita un cambio de cubierta, al sufrir importantes goteras, así como una mano de pintura por dentro y por fuera. También requieren de una actuación el retablo, dañado, y la plaza que se extiende frente al edificio. Los vecinos consideran que la herencia, que valoran en más de 200.000 euros, debe ser invertida en el templo.

"Hay que atenerse a la última voluntad de todas las personas. Las injusticias son injusticias las haga quien las haga", subrayó el peregrino antes de completar el recorrido, al tiempo que anunció que la cosa no se quedaría aquí: "Habrá más Lo siguiente es buscar firmas, y llevárselas a Su Santidad el Papa Francisco". El dolor, apuntó, no se siente "cuando las cosas se hacen con amor".

El pueblo de Villatresmil está con Cañón. "Es una labor ingrata esta que está pasando, y los vecinos estamos con él. La causa es muy justa, y tiene todo nuestro apoyo", señaló Valentín Fernández, uno de los presentes en el santuario cangués. "Estamos dando pasos para que sepan que esto no se ha quedado en el olvido, como les gustaría; es justo que lo donado repercuta en la parroquia", sentenció Fernández.