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Premiada por su fe en Ibias

"La mujer es indispensable para - el mundo rural", asegura Isabel Álvarez, distinguida por la Reader

Isabel Álvarez, en la parte de carnicería de su tienda. D. Á.

"La mujer es indispensable para el mundo rural, es la pieza del ajedrez más importante, siempre tira por la familia y por el negocio, y ama su tierra". De esta forma describe Isabel Álvarez, primer premio "Mujer Rural" otorgado por la Red Asturiana de Desarrollo Rural (Reader), a la mujer rural que ella encarna. Esta ibiense, propietaria de Casa Eiroa, un negocio compuesto por un bar restaurante, una pensión, un comercio de proximidad y un matadero en San Antolín de Ibias, confiesa que se llevó una sorpresa cuando le comunicaron la distinción, incluso pensó que se trataba de una confusión. No obstante, se alegró del reconocimiento "a la lucha por intentar sacar adelante, con un granito de arena, un concejo que en los años ochenta necesitaba mucho y ahora vuelve a estar necesitado".

Comenzó con el negocio con 21 años, cuando abrió una tienda con carnicería. Pronto tuvo que modificar su planteamiento para cumplir con la normativa de la Unión Europea, que impedía que las carnicerías continuaran matando en sus propios locales y les obligaba a hacerlo en mataderos. No lo dudó ni un segundo y apostó por construir un matadero "para que Ibias no se quedase sin carne fresca".

Entrados los noventa, de nuevo tuvo que adaptarse a los cambios y volver a renovarse, esta vez con la apertura de un mesón y una pensión. "La bajada de la población se notó en la tienda y para Ibias eran necesarios un mesón y un alojamiento", explica.

Sus negocios están abiertos todos los días del año, excepto el mesón, que cierra en temporada baja, y para que se puedan seguir manteniendo en el tiempo reclama más protección legislativa para las zonas rurales. "Nos exigen lo mismo que a las grandes superficies, nos hacen ir a todos por el mismo libro y eso no debería ser así", lamenta esta emprendedora.

También se queja de la cantidad de trámites que se les exige, a pesar de ser un pequeño negocio familiar, y que además sean a través de internet.

"Nuestra generación no nació con las nuevas tecnologías y tuvimos que adaptarnos, pero en la zona rural seguimos sufriendo la mala conexión y la falta de cobertura, y muchos días nos quedamos con los trámites a medio hacer", denuncia.

A pesar de todos los inconvenientes, Isabel Álvarez no se arrepiente de haber apostado por quedarse en Ibias. "Nacimos y nos criamos aquí, y siempre apostamos por tirar por nuestra tierra". Asegura que, "con mucha fuerza y amor a la tierra, se puede con todo", y anima a las mujeres a emprender y a "apostar por sus ilusiones y proyectos sin miedo".

Asimismo, hace hincapié en la cantidad de recursos que tiene su concejo y que se podrían aprovechar para frenar el declive y la sangría demográfica que sufre desde hace años. "Tenemos un colegio con unas instalaciones en las que podría haber ciclos formativos relacionados con los recursos forestales y la viticultura, que darían un futuro al concejo".

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