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Luarca, el ADN de Ochoa

Seiscientos alumnos participan en los talleres del instituto luarqués que unen biología y familia y tratan de fomentar el interés por la Ciencia

Gabriela Prieto.

Juan Sánchez del Pulgar tiene 10 años y ayer aprendió que hay dos metros de ADN en cada célula. También que los seres humanos tenemos unos 50 trillones de células y, por tanto, 100 trillones de metros de ADN, "setenta veces el viaje de ida y vuelta de la Tierra a la Luna". Fueron los datos que se llevó a casa y que "procesó" en el laboratorio "Margarita Salas" del instituto de Luarca junto a su abuela, Nina Germain.

El grupo de la biblioteca del centro educativo clausuró ayer la segunda edición talleres sobre biología dedicados a Severo Ochoa, que este año contaron con un acicate especial: fueron intergeneracionales y reunieron en una misma sala a investigadores, alumnos y familiares.

"Ahora tenemos un tema para conversar", dijo, risueña, Nina Germain, sorprendida por el interés que despertaron en su nieto las explicaciones de la investigadora de la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria en Asturias (FINBA) Cecilia López y el experimento que se llevó a cabo durante la tutoría: extraer el ADN de un guisante. "Lo primero que hacemos en estos talleres es contar quién fue Severo Ochoa, su vecino. Todos saben de quién se trata", explica la también investigadora del FINABA y alma del proyecto didáctico, Covadonga Huidobro. A partir de entonces, llegan los experimentos y, con ellos, los conocimientos. "Creemos que así se despierta el interés por la Ciencia, algo tan importante para los países", añade la científica.

En el laboratorio, los alumnos aprenden de una forma muy entretenida y adaptada a su edad qué es el ADN y también a trabajar con los artilugios que tiene todo centro de experimentación biológica. Aida Fernández es profesora de la escuela de Barcia del colegio Rural Agrupado Álvaro Delgado y cree que estas sesiones son "un acierto". "Entienden mejor los conceptos con la práctica y, además, pasan un tiempo en un laboratorio y cerca de materiales que no tenemos en los colegios", señala.

También es una toma de contacto con el instituto luarqués, el único del concejo y en el que los alumnos de Valdés estudiarán la ESO o el Bachillerato. Además, este año, una de las investigadoras presumió de origen valdesano. La madre de Cecilia López es de Trevías: "Así que creemos que también por ello se transmite cercanía y posibilidad: yo puedo ser investigador", destaca la tutora de la escuela de Barcia.

El luarqués José Méndez acudió a los talleres que ofreció el instituto con su sobrino, Carlos Alba. Se sentó en un pupitre y recordó los años de escuela. Hacer el experimento (en su caso extraer el ADN de un guisante) resultó "impresionante". "Nos lo pasamos genial".

En una semana, pasaron por el laboratorio del instituto luarqués 600 alumnos de todos los centros educativos de Valdés (salvo el colegio público Ramón Muñoz de Luarca) y del instituto de Vegadeo, que participaron en las jornadas gracias al vínculo entre el proyecto del instituto de Luarca y el Foro Comunicación y Escuela del instituto de Vegadeo.

El próximo martes habrá una nueva charla y en enero un grupo de privilegiados de segundo de Bachillerato visitará el Centro de Biología Molecular Severo Ochoa de Madrid. Las instalaciones abrirán sus puertas un viernes, "haciendo una excepción porque somos un centro educativo que está lejos de Madrid", explica el profesor y fundador de proyecto dedicado a Severo Ochoa, Arturo Llamedo. Al año, estas instalaciones reciben la visita de solo 15 centros educativos. "Como el proyecto que creamos en el instituto de Luarca para visibilizar la figura de Severo Ochoa les parece interesante, nos han dado todo tipo de facilidades", añade Llamedo.

El grupo de la biblioteca mantiene activo desde el curso pasado un programa de prestigiosas charlas y talleres para recordar a una figura: el premio Nobel de Medicina luarqués Severo Ochoa. La idea de los impulsores es hacer del centro un referente en actividades científicas para Asturias y para España gracias a su vínculo con el bioquímico.

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