Conseguir un 95 por ciento de coincidencias con las valoraciones que los jueces profesionales de Aseava realizan a la hora de calificar reses de la raza asturiana de los valles es a la exigente prueba a la que se enfrentaron ayer los 43 aspirantes a jueces de concurso que se presentaron al curso que organiza la asociación de criadores, en Cangas del Narcea. Solo unos pocos consiguen hacerse con el título; sin embargo, el curso tiene cada año más gente interesada en participar para aprender sobre las características de la raza, con el objetivo de mejorar la genética de sus ganaderías.

El perfil de los asistentes es muy variado y la principal característica que les une es su vinculación con la ganadería.

Desde Salamanca se desplazó para participar en el curso Álvaro Cabezas, que se inició hace cuatro años en la ganadería con la raza asturiana de los valles. Su intención a la hora de asistir al curso es poder aprender más sobre la morfología de los animales y aplicarlo a la hora de hacer selección en su ganadería. "Estamos muy lejos de aquí y esta es una oportunidad para relacionarnos con más ganaderos y aprender sobre la raza", apunta Cabezas.

La más joven de la formación era María González, de Las Regueras, que, con 16 años, tiene claro que quiere convertirse en la segunda jueza calificadora de la raza autóctona y dedicarse a la ganadería familiar. "Me gustan los concursos porque te ayudan a mejorar la raza de tu propia cabaña ganadera", señala.

El presidente de Aseava, José Manuel González, destaca el creciente interés que existe hacia la raza, especialmente entre la gente joven. "Pensamos en hacer el curso cada dos años, pero, visto el éxito que tiene, lo mantenemos de forma anual", apunta González, quien subraya que lo más importante para la raza es "contar con gente joven con ilusión y ganas de aprender". Asimismo, incide en que cada año se reciben a más participantes de otras comunidades autónomas que apuestan por la raza asturiana.