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Moal saca a la luz sus tesoros del pasado

Un molino hidráulico y una antigua chariega con su horno de leña mostrarán la tradición y la historia del "Pueblo ejemplar de Asturias", a las puertas del bosque de Muniellos

César Álvarez abre la puerta del horno en la antigua chariega. D. ÁLVAREZ

Moal es más que conocido por la naturaleza que lo envuelve; sin embargo, sus encantos van más allá y de puertas adentro esconde tesoros de los que solo disfrutan los vecinos. La localidad canguesa, que recibirá el galardón "Pueblo ejemplar de Asturias" el próximo sábado de manos de los Reyes de España, es famosa por estar situada en un enclave natural privilegiado del suroccidente de la región, a la entrada de la Reserva Natural Integral de Muniellos, pero el día 20 será más que eso y se abrirá para dar a conocer su tradición, su cultura y su pasado.

Con más de 300 años de historia, Casa Mateo abrirá su antigua chariega, la cocina tradicional, que se usó como tal hasta hace unos 70 años, cuando fue sustituida por la llegada de la cocina económica. "Muchas de estas cocinas fueron desapareciendo, se les daban otros usos y los muebles se picaban para leña. A mí siempre me gustó conservarlo todo y cuidarlo porque forma parte de nuestra tradición", explica César Álvarez, de Casa Mateo. Recuerda perfectamente que por la chariega pasaba mucha gente. "Venía todo el mundo a comer castañas asadas, frixuelos?mi abuela daba de comer a todos", rememora.

El elemento central de la antigua cocina es un gran horno de piedra que se sigue utilizando para amasar de forma habitual. Aunque también llama la atención ver a sus pies un "entremiso", una pila de piedra que servía para hacer la colada con la ayuda de un cilindro de madera en el que se introducía la ropa y que aún se conserva en la casa. Pero la estancia está poblada de objetos curiosos que trasladan a otras épocas y que César Álvarez se ha encargado de proteger del olvido y el paso del tiempo. Entre ellos, una nasa y una masoira utilizados para pescar en el río hace medio siglo, y un farol para ir a la mina.

El agua es otro punto importante para la vida de Moal; aparte de estar bañado por el río Muniellos, el centro del pueblo cuenta con el nacimiento de varios manantiales.

El agua de dos de estas fuentes fue canalizada años atrás para hacer mover la pesada maquinaria del molino hidráulico de Casa Roque, el único, de los tres que hubo que aún puede verse funcionando Fue construido en 1953 y continuó usándose para moler cereal hasta hace 15 años. Se trata de un molino que daba servicio a los vecinos de Moal, pero también a los pueblos de Oballo y Vega del Tallo. Hoy en día llama la atención la presa de agua que transcurre paralela a la calle principal de la localidad, para abastecer al molino, en la que se pueden encontrar truchas.

"Cuando se hizo este molino se cosechaba mucho, se hizo para sustituir el antiguo, que no llevaba todo el trabajo, y se trajeron unas piedras francesas, más modernas y que no se encontraban en España", explica su propietario, José Collar. Del molino se puede ver la zona de procesado del cereal y, desde una trampilla, el lugar donde el agua acciona el mecanismo. "Si alguna vez me hubiese imaginado que iban a entrar aquí los Reyes lo hubiera conservado mejor", asegura Collar.

Ambos tesoros recuperarán su protagonismo de antaño con la llegada de los Reyes el sábado, ya que serán dos de las paradas del recorrido que realizarán Sus Majestades durante la visita al "pueblo ejemplar" de Moal.

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