El Principado, en consonancia con los productores de miel de la región, trabaja para dotar a este producto de una etiqueta de garantía, como es la indicación geográfica protegida. Tal y como anunció ayer en Boal la Consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, en el primer semestre del próximo año podrían avanzar las gestiones en este sentido, para que la Unión Europea finalmente dé validez a esta distinción. Sería un paso más, después de haber incluido a la miel dentro de la marca "Alimentos del Paraíso". "Servirá para que el consumidor pueda identificar la miel, la pueda escoger y la pueda pagar. Es muy importante estructurar el sector, e incidir en una mejor promoción y comercialización", aseguró Álvarez.

Tal y como indican los datos de que dispone el Principado, la apicultura es un sector en alza en la región. El número de colmenas inscritas ha aumentado un 81 por ciento en los últimos diez años, hasta llegar a las 47.100 en 2017, mientras que la producción lo ha hecho un 33 por ciento, hasta rondar los 500.000 kilos.