Los vecinos de las parroquias allandesas de Lomés, Villaverde, Celón, Villar de Sapos y la de Besullo, en Cangas del Narcea, denuncian alta presencia del lobo en su zona y los continuos ataques durante este año. El último se registró la noche del jueves en la sierra de La Pila, cuando atribuyen al animal el ataque a un rebaño de vacas que pastaban en una finca cerrada, hiriendo a una de forma leve pero matando a una burra que se encontraba con ellas. El perro mastín que se vigilaba el rebaño no fue suficiente para ahuyentar al cánido, que consiguió hacerse con su presa, sacarla del cercado y devorar la mitad de su cuerpo.

El ataque fue certificado por la guardería como de lobo y ayer mismo los ganaderos pudieron ver a una manada de cinco ejemplares de nuevo en la finca a primera hora de la mañana. "Nos preocupa que volvieron a venir al mismo lugar y que lo sigan haciendo, vemos que no se asustan mucho de la gente", se queja la ganadera Begoña García, de Santa Eulalia. Para ella, este ataque ha sido especialmente sentido porque se llevaron a la burra "Carolina", que había sido un regalo de boda a su hijo.

El ganadero Alfonso Álvarez asegura que los ataques se han multiplicado en los últimos años. En su caso le faltan seis vacas desde la nevada del 28 de octubre. No sabe si el lobo puede estar detrás de la desaparición de las reses, pero ya el año pasado sufrió un ataque en el que perdió una vaca por la que cobró 800 euros. "Cuando me lo pagaron esa vaca ya me habría dado dos terneros", denuncia. Además, asegura que se siente engañado por la forma de control realizada por la Consejería: "Dan permisos para matar cinco lobos en Allande mientras tienen hembras criando otros 15, es una tomadura de pelo".

Otra de las ganaderías más afectadas por los ataques este año está siendo la de Pichicas en Forniellas, con 7 bajas.