A la luz de las antorchas, al calor de la hoguera para asar castañas y del horno de leña, Navelgas volvió a vivir el sábado su noche mágica, la que hace retroceder a los visitantes varias décadas atrás para rememorar las reuniones vecinales alrededor de la elaboración de las ristras de maíz. Con veintitrés años, el Festival del esfoyón y el amagosto, declarado de interés turístico regional, mantiene su atractivo y es un reclamo para centenares de personas llegadas de toda Asturias que buscan revivir en las calles de Navelgas de Arriba la antigua costumbre de la zona rural asturiana o, en su defecto, conocerla algo más.

Cuando cae la noche, la actividad en la localidad tinetense comienza. Los puestos que ofrecen los bollos hechos en el horno de leña, las castañas asadas en el tambor, la sidra dulce, la manteca recién elaborada o los torreznos empiezan a generar colas. No obstante, uno de los puntos más concurridos es el bajo donde se recrea el esfoyón, ahí no hay comida recibiendo a los visitantes, sino un montón de panoyas de maíz en el suelo esperando que manos voluntarias las enristren. "

Vengo de Grao para poder hacer una ristra de maíz, esto ahora se acabó y yo lo hice muchas veces, por eso me gusta venir y recordarlo", asegura Francisco Feito, natural de Aristébano. A su lado, Carmen Rodríguez le iba pasando las panoyas listas para formar parte del ramo, en su caso esta tinetense de nacimiento se desplazó a la fiesta desde Oviedo. "Vengo siempre que puedo, me recuerda cuando en mi casa hacíamos el esfoyón y me gusta revivirlo", explica.

La visita al pasado que ofrece Navelgas se completa con puestos de artesanos de la madera, del hierro o filanderas y con recreaciones como la de una sastrería, una antigua oficina de Correos y una escuela, que este año contó con cuatro maestras. Docentes que impartieron clase en el colegio de Navelgas y que esta vez se animaron a acudir a la cita con los atuendos y materiales de antaño.

El festival reconoció con su galardón la "Panoya de Oro" al músico Rodrigo Cuevas por "su personal revisión del folclore asturiano", reconocieron los organizadores, la asociación "El Arbedeiro" y la de vecinos "San Juan ".