Amanda Guzmán es la gerente de la Asociación de Ecoturismo en España, una de las entidades impulsoras de la celebración del III Congreso Nacional de Ecoturismo. Con más de una década de experiencia en consultoría sobre turismo sostenible en espacios protegidos y zonas rurales, Guzmán considera que es importante dar a conocer los lugares naturales con protección, así como las especies que los habitan, para que se valoren y la ciudadanía apoye su conservación.
-¿Cómo se puede ofrecer un turismo "garantizado", que cumpla con la sostenibilidad, en los espacios naturales?
-Una de las premisas del ecoturismo es que es una experiencia que da a conocer los valores naturales y culturales del espacio natural y, sobre todo, que contribuye a la conservación de la naturaleza y al desarrollo rural. Dentro de nuestra asociación, del Club de Ecoturismo, tenemos destinos que planifican el turismo de forma sostenible en colaboración con empresas que cumplen requisitos de sostenibilidad con el tipo de actividades que desarrollan y que promocionan y apoyan los productos locales. Las empresas pasan por una comprobación.
-¿Hay riesgo de saturación?
-El ecoturismo por definición tiene que ser sostenible. En el momento en que haya masificación en un espacio natural protegido o que haya una actividad que genere impacto ya no se puede llamar ecoturismo. Creemos que si los destinos y las empresas trabajan conjuntamente no se va a llegar a este problema porque, si no se ofrece una experiencia de calidad, donde haya esa posibilidad de conexión con la naturaleza, no hay nada que sea atractivo.
-¿Qué impacto tiene en los espacios protegidos?
-Los posibles impactos negativos que se puedan generar en el entorno natural creemos que están superados por los efectos positivos. Pensamos que es necesario que los lugares protegidos se conozcan y se valoren para que se siga apoyando su conservación. Pero hay que hacerlo bien. Cuando las visitas generan ingresos suficientes para empresas de la zona, ellas van a ser las grandes defensoras de la conservación, con lo cual el ecoturismo, que interpreta y cambia la forma de pensar de la gente que viene a estos espacios, contribuye a la conservación. En nuestro territorio las especies han convivido con el ser humano, no somos un país de naturaleza virgen, a veces se puede ser demasiado purista y pensar que lo mejor es no intervenir en nada, pero quizá esas especies necesitan de los humanos.
-¿Qué peso tiene el ecoturismo en España?
-En España sigue teniendo un peso fundamental el turismo de sol y playa, pero creemos que poco a poco se van valorando otros tipos, como el ecoturismo. En el exterior, España no tiene una imagen de destino de ecoturismo, nos queda mucho por trabajar. Pero hay mucho potencial de crecimiento por los recursos que tenemos y por el interés de la sociedad en este tipo de entornos. El gran reto es la desestacionalización, haría que fuera viable.
