Una docena de investigadores trabajan desde julio en una nueva estrategia para frenar el avance del alzhéimer, una enfermedad considerada por los neurólogos como la pandemia del siglo XXI. Este proyecto pretende diseñar un dispositivo implantable que funcione "como una especie de diálisis eliminando las moléculas tóxicas que hay en el líquido encefalorraquídeo". La investigación, financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y en fase inicial, se presentó ayer en La Caridad.

El proyecto está liderado por la empresa de investigación biomédica HealthSens y cuenta con la participación del Instituto Tecnológico de Castilla y León (ITCL) e investigadores de dos grupos del Instituto de Investigación Sanitaria del Principado de Asturias (ISPA). El proyecto tecnológico en marcha parte del hecho de que "la mayor parte de las enfermedades neurodegenerativas se producen por un desbalance entre la producción y la eliminación de determinadas proteínas en el sistema nervioso central, de modo que, si estas se acumulan, se producen depósitos tóxicos para las neuronas".

En el caso del alzhéimer, que es la enfermedad neurodegenerativa más común, se acumula un péptido denominado beta-amiloide. "El fundamento de este proyecto está basado en la presencia de formas solubles de beta-amiloide que se difunden desde el tejido cerebral hasta el líquido cefalorraquídeo (LCR), ya que están en contacto directo. La nueva estrategia terapéutica que se plantea se basa en el aclaramiento del péptido beta-amiloide desde el LCR de forma continuada y selectiva. Para conseguirlo, se utilizará un dispositivo implantable que integra un filtro de base inmunotecnológica, con la ayuda de una microbomba controlable de forma remota", apuntan los investigadores. El director del departamento científico de HealthSens, Gabriel Álvarez, explica que el proyecto financiado les llevará hasta la fabricación del dispositivo y su prueba en cultivos celulares. No obstante, indica que su objetivo es lograr en 2025 que el aparato funcione en cerdos transgénicos. "Si tanto los resultados in vitro como in vivo permiten confirmar su utilidad terapéutica, en pocos años se podrían realizar los primeros estudios en humanos", apuntan los investigadores.

El acto de ayer fue organizado por Iván Merás, promotor de un centro médico en Navia, con el objetivo de dar a la comarca la oportunidad de disfrutar de eventos de difusión del conocimiento y divulgación científica poco habituales en las zonas rurales.