En los últimos diez años, en el concejo de Degaña han ido aumentado gradualmente los días críticos para sufrir un incendio, hasta sumar 15 jornadas más que hace una década a la campaña de extinción de incendios. Además, los fuegos que sufre el concejo, como el resto de la comarca suroccidental, se caracterizan por ser grandes, con mucha intensidad y de rápida propagación, y, además, suelen ser simultáneos.

De esta forma describe la situación que vive el Suroccidente frente a los incendios el técnico Jordi Pagès, de la Fundación Ecología del Fuego y Gestión de Incendios "Pau Costa", que está trabajando conjuntamente con la Consejería de Presidencia para elaborar el Proyecto de gestión integral de incendios forestales en el suroccidente de Asturias.

Ayer se convocó en Degaña la primera de las cinco "mesas del fuego" que se celebrarán en cada uno de los municipios del Suroccidente; en ella estuvieron presentes vecinos, profesionales del servicio de emergencias, la alcaldesa, Araceli Soárez, el concejal Víctor Amigo y el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez.

El objetivo de la mesa era señalar en el territorio puntos clave para focalizar en ellos tanto los trabajos de extinción como los de prevención. "A partir de un esquema de evolución de los fuegos históricos, vemos qué camino utiliza el incendio para recorrer el territorio y con ello podemos saber cuáles son los puntos estratégicos donde se puede limitar, y conociendo la priorización y los puntos débiles del fuego decidimos las acciones más apropiadas", explica Jordi Pagès. La valoración de esos lugares de interés ha recaído en los vecinos del municipio, que mayoritariamente se han decantado por indicar las zonas de población, especialmente Degaña, donde vieron las llamas acercarse a la localidad en los incendios de octubre de 2017.

No obstante, la alcaldesa Araceli Soárez se comprometió a profundizar más en el tema y volver a mantener reuniones con vecinos y profesionales del servicio de emergencias para poder detectar los otros puntos del territorio que puedan ser decisorios a la hora de atajar un incendio o que se consideren de especial protección para focalizar en ellos los esfuerzos de los equipos de extinción de forma prioritaria.

"El número de grandes incendios cada vez es mayor y amenaza a más zonas pobladas y habitadas, así que hay que cambiar estrategias y formas de actuar para adaptarnos a esa nueva realidad", concluyó el consejero Guillermo Martínez.