Medio centenar de alumnos de Vegadeo y Navia visitarán el centro de investigación nuclear

Cincuenta estudiantes de los institutos Elisa y Luis Villamil de Vegadeo y Galileo Galilei de Navia realizarán el próximo enero un apasionante viaje "al corazón de la materia". El investigador asturiano Isidro González se refiere con estas palabras a la Organización Europea para la investigación nuclear (CERN), en Ginebra (Suiza), y será precisamente él, junto a su compañera Bárbara Álvarez, quien guiará esta expedición encargada de poner la guinda al pastel del décimo Foro Comunicación y Escuela. Este viaje, financiado por la empresa naviega Reny Picot, también dará a los estudiantes la oportunidad de conocer la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo.

Los preparativos del viaje comenzaron anteayer en Castropol donde González, acompañado por el responsable del grupo de Física Experimental de Altas Energías de la Universidad de Oviedo, Javier Cuevas y por el eurodiputado Jonás Fernández, impartió una conferencia para explicar qué es el CERN, qué se hace en esta particular institución y su trascendencia para la ciencia a nivel mundial. "La ciencia tiene el poder de unir a las personas por encima de sus creencias políticas y ése es uno de los grandes legados del CERN", comenzó diciendo González.

El investigador huyó de la jerga científica para explicar a los jóvenes la trascendencia de lo que se hace en este organismo, "un ser vivo y dinámico" en el que trabajan 12.000 profesionales de todo el mundo. En este sentido, puso el acento en que, aunque nació como un proyecto europeo y es "la casa de todos los científicos europeos", hoy en día trasciende las fronteras de la Unión y acoge a profesionales de casi todo el mundo. "Cuenta con 12.000 personas del mundo trabajando por un objetivo común", precisó al subrayar que el CERN es un centro de investigación público orientado al conocimiento.

"En el CERN hacemos investigación básica, por el placer de descubrir, pero para conseguirlo hace falta investigación aplicada con resultados inmediatos en nuestra vida", añadió el asturiano. Aprovechó la ocasión para contar en qué consiste el proyecto estrella de este organismo: el gran colisionador de hadrones (LHC).

Se refirió al acelerador como "la mayor máquina que jamás ha sido construida". Este experimento, "joya de la corona del CERN", se desarrolla a cien metros bajo tierra en un túnel de 27 kilómetros de longitud en la frontera francosuiza y busca responder a la pregunta de "¿de qué estamos hechos?". González ilustró a los chavales explicando el "tremendo desarrollo tecnológico" que supone este experimento que ha contado con la participación de grandes empresas españolas, alguna de ellas asturiana.

En esencia, añadió el científico, la máquina se ocupa de acelerar los protones que transitan por su interior y hacerles chocar en cuatro puntos con el fin de "transformar toda su energía en materia y construir materia nueva". En definitiva, añadió, "tratamos de descubrir lo que no conocemos e intuimos a partir de otros resultados científicos".

El investigador trató de hacer saber a los jóvenes que todos estos experimentos suponen desafíos científicos a muy largo plazo. No en vano, el acelerador se planteó en 1984, cuando ni siquiera existía la tecnología necesaria para llevarlo a cabo. "Llevó veinticinco años construirlo porque no es una cosa que se construya de la noche a la mañana. Requiere agrupar mucho talento científico en proyectos a muy largo plazo", añadió.

Entre el 13 y el 19 de enero los cincuenta estudiantes elegidos podrán conocerlo por dentro y descubrir en persona sus secretos.

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