La guardería del Medio Natural realizó hace un mes un control de la población de truchas en la Reserva Integral de Muniellos. En ella hay tres estaciones de muestreo para el seguimiento de la población: Tablizas y La Viliella, en Cangas del Narcea; y Valdebóis, en Ibias. Son zonas en los que no se interviene, no hay pesca ni repoblaciones, solo está la población nativa y la guardería analiza su progresión.
En el último control se han sorprendido de ver que la zona de Valdebóis es en la que mejor estado está la población de truchas. "Tiene animales de los tres rangos de edad, de un año, de dos y a partir de tres, está genial", describe Santiago Traviesa, guarda mayor de especies silvestres. Mientras que en los otros dos puntos la cantidad de truchas se mantiene, pese a que esperaban encontrarse con más ejemplares en Tablizas. "Tiene más río y aparenta que debería haber más cantidad, pero se mantiene en el tiempo", señala.
Ayer regresaron a las proximidades de la reserva para realizar en el río Muniellos, entre las poblaciones canguesas de Ventanueva y Moal, una suelta de 2.500 alevines de truchas para desarrollar un estudio de viabilidad de las repoblaciones en los ríos. Junto a la asociación de pescadores Las Mestas del Narcea se echaron al río los alevines marcados, sin la aleta adiposa, y la idea es regresar en mayo para comprobar cómo ha sido la evolución de la población en la zona.
"Lo que estamos observando en estos estudios es que las truchas marcadas no interfieren mucho en la vida de las nativas y vemos que la viabilidad de las repoblaciones es de por 100 truchas nativas nosotros aportamos entre 20 o 40", añade Traviesa que considera que la clave del éxito de una repoblación está en escoger el lugar idóneo y con calidad para hacer la suelta.
Ángel López, pescador socio de Las Mestas del Narcea apunta que con las pruebas que están realizando "queremos ver la incidencia que tienen las repoblaciones, saber si el trabajo que estamos haciendo sirve, porque hay gente que lo pone en duda".
La suelta contó con la colaboración de varios vecinos de Moal que se mostraron encantados con que se realice el estudio en el río, que recuerdan que llegó a ser muy truchero.
