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Vegadeo se pone "en el lugar del otro"

"Tiene mucho mérito", señala la alumna Lucía Rodríguez tras probar a hacer deporte en silla de ruedas junto a sus compañeros de instituto

Un grupo de estudiantes del instituto prueban a jugar un partido de baloncesto en silla de ruedas. T. CASCUDO

La veigueña Lucía Rodríguez se puso ayer en la piel de una persona con diversidad funcional al sentarse por primera vez en una silla de ruedas, con el doble reto de hacerlo para practicar deporte. Esta niña de 12 años, que juega al bádminton y al baloncesto, reconoció el esfuerzo de quien lo practica desde una silla: "Tiene mucho mérito porque cuesta más al tener muchísima menos movilidad. Por ejemplo, para hacer un saque de bádminton, te das en la pierna", explicó ayer tras probar la experiencia.

La actividad, que se desarrolló durante toda la mañana en el polideportivo de Vegadeo, estuvo organizada por la Federación de Deportes para Personas con Discapacidad Física del Principado de Asturias (Fedema) en el marco de la novena Semana de la discapacidad del Instituto Elisa y Luis Villamil (se prolonga hasta el 11 de diciembre). "Lo que pretendemos es que el alumnado se ponga en la piel de las personas con discapacidad y pueda disfrutar del deporte desde dentro", precisa la directora técnica de Fedema, Beatriz Álvarez. Aunque reconoce avances en materia de inclusión social, considera que "sigue fallando la concienciación y el ponerse en el lugar del otro para ver una realidad diferente".

Álvarez estuvo acompañada por varios monitores, entre ellos el deportista veigueño Juan Pablo Barcia, "Pioto", ejemplo de superación local por saber reconducir su vida tras la lesión medular que sufrió a raíz de un accidente de tráfico. "También hay que contarles que, si pasa algo, hay vida después, y se puede hacer deporte. A partir de ahora, cuando vean una silla de ruedas se acordarán de esta actividad y de que lo pasaron bien jugando", reflexiona.

Los estudiantes del Elisa y Luis Villamil probaron a practicar slalom en silla de ruedas, subirse a una handbike y también a jugar a bádminton y baloncesto. "Es mucho más difícil tirar y pasar", comentó Enrique Rego tras probar con el baloncesto, mientras que David Álvarez pudo comprobar la dificultad de jugar al bádminton adaptado: "Hay bastante diferencia".

Para el profesor del ciclo formativo de Atención a personas en situación de dependencia, Hugo Camblor, es fundamental la empatía que produce la actividad: "Les sirve para ver cómo se siente una persona con diversidad funcional física y ver que pueden como cualquier otra persona".

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