Fueron el atractivo de la tradicional feria de San Andrés en Cangas del Narcea. Las ocho vacas de la raza francesa aubrac, llegadas de Las Regueras, no dejaron indiferente a ninguno de los ganaderos que pasaron por el recinto ferial de la Imera, acostumbrados a que en el mercado cangués la protagonista sea la asturiana de los valles. Más rústicas que las autóctonas, las vacas francesas presentan similitudes tanto con la raza asturiana de los valles como con la asturiana de la montaña (conocida también como casina).

"Es una raza cárnica de calidad, tiene una carne con mucho sabor y con un poco de grasa infiltrada", explica Rafael Fernández, que está trabajando en la potenciación de la raza en España. "Aquí en Cangas hemos vendido algún animal, pero es la primera vez que venimos a una feria y lo hacemos para que se conozca la raza y con la intención de poder vender", añade. Rafael Fernández ensalza la raza francesa, además de por su carne, por su docilidad y su sencilla alimentación a base de hierba y pasto. Además, destaca la facilidad de parto que tienen y su aptitud para amamantar a las crías.

Los animales franceses no disgustaron a los ganaderos de la zona, pero las opiniones sobre incluirlos dentro de sus explotaciones eran dispares con predominio de los defensores de conservar la raza autóctona. "Cómo vamos a apostar por el ganado de afuera teniendo aquí buena calidad, como lo autóctono nada", recalcó el ganadero Adolfo Monjardín, que a pesar de los escasos tratos que se realizaron a lo largo de la mañana logró vender tres vacas para vida al ganadero Francisco Alfonso, de Morzó (Cangas del Narcea). "Son tres animales jóvenes que espero que salgan buenos; me animé a comprar porque, aunque estamos entrando en invierno, de momento hace buen tiempo y pueden estar fuera", explicó el comprador.

El ganadero cangués Miguel Ángel Martínez coincidió en lamentar el poco ambiente de compra con el que se desarrolló la feria, una de las cinco grandes citas del calendario ganadero cangués. "Los precios están a la baja porque hay poca demanda, al cerrar las exportaciones a Líbano y Grecia hay mucho stock de ganado y nos repercute a todos", enfatizó.

Mientras, para Antonio López, de Villarmental, el principal problema está en los costes de producción, especialmente en el pienso. "Los piensos y el combustible están caros para el precio que tiene la carne, pero tampoco se puede subir mucho más el precio porque si no solo podrán comer carne cuatro ricos", aseguró.

Según los precios que barajaban los ganaderos en la feria, la venta de animales de carne ronda los cinco euros por kilo, mientras que las vacas de vida pueden estar entre los 1.300 y los 1.500 euros.

Por los pasillos del recinto de la Imera también se podía ver a jóvenes ganaderos atentos a los tratos para conocer cómo está el mercado. Fue el caso de Tamara Martínez, quien además defendió la necesidad de que los ganaderos se impliquen más en el mantenimiento de la tradición de las ferias.

Ayer en el recinto ferial había unas 90 vacas, 80 cerdos de cría y dos burros, además de varios puestos de aperos.