El actual Instituto Elisa y Luis Villamil inició su andadura en el curso 1993-1994 y la comunidad educativa quiere celebrar por todo lo alto su vigésimo quinto aniversario. Testigo privilegiado de su evolución es el actual director, el profesor de Griego Javier Santos (Salamanca, 1967), que llegó a Vegadeo un año antes de que se unificaran los centros de Bachillerato y el de Formación Profesional que hasta entonces funcionaban de manera independiente en la capital veigueña. El Elisa y Luis Villamil cuenta en la actualidad con 340 alumnos y medio centenar de docentes.
- ¿Por qué hay que celebrar la efeméride?
-Es una ocasión que ofrecen los números para agradecer a toda la gente que lo ha hecho posible. Nos gustaría hacer llegar ese reconocimiento a todos los que pasaron por aquí.
- ¿Qué tienen previsto?
-Hemos hecho un proyecto de centro del aniversario, para trabajarlo desde el propio currículo. Se llama "Todo fluye" y se va a trabajar el presente, pasado y futuro del centro y a desarrollar varias iniciativas como un vídeo de la historia, una exposición o un espacio virtual con información de la comarca. También queremos hacer un acto de celebración a final de curso.
- ¿Cómo está el instituto?
-Está bien, pero también está sumido en el desconcierto que provocan los cambios educativos y también sociales. Pero ahí está, asumiendo los cambios y dando respuestas fundamentadas. En este sentido, estamos inmersos en un proceso de innovación pedagógica que está suponiendo un gran esfuerzo del profesorado porque consiste en cambiar los procedimientos de evaluación. Hemos identificado veintidós indicadores estratégicos que nos permiten analizar las características de aprendizaje del alumnado y así rentabilizar sus capacidades de la mejor manera posible.
- Uno de sus proyectos más conocidos es el Foro Comunicación y Escuela. ¿Qué balance hace de la décima edición?
-Sin duda, positivo. Se trata de un programa de actividades extraescolares que tratan de complementar los contenidos curriculares con actividades educativas no habituales para el alumnado y capaces también de extender su influjo sobre el entorno. El Foro ha sabido acercar hasta la comunidad educativa a instituciones y personas muy destacadas del mundo de la cultura, lo que ha supuesto un gran beneficio para el alumnado y el entorno.
- La presidenta del Congreso anunció hace unos días la concesión de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio al docente Luis Felipe Fernández y la Placa de Honor al instituto veigueño y al colegio de Ibias.
-Se trata de una distinción inesperada y desde luego bien recibida. Para mí es un reconocimiento en primer lugar al profesorado del centro, tanto al actual como al que ha pasado por aquí otros cursos, porque llevan años comprometidos con la educación y tratando de generar propuestas pedagógicas capaces de crear las mejores condiciones de aprendizaje para el alumnado. Pero también creo que es un reconocimiento a toda la comunidad educativa, al alumnado, las familias y las instituciones del entorno, que han colaborado tanto con el instituto para crear esta dinámica educativa. Y por último, creo que es también un premio a toda la educación pública.
- El centro destaca por su actividad extraescolar.
-Lo que más se conoce es el Foro, pero se están haciendo muchísimas cosas. El instituto tiene una amplia actividad extraescolar, como los Encuentros Teatrales o el deporte escolar, que tiene una tradición muy larga y exitosa. También se hacen muchos proyectos novedosos de puertas hacia dentro que son desconocidos.
- Cíteme alguno.
-Tenemos un equipo de convivencia encargado de gestionar los conflictos que se producen en el centro, un grupo de participación que hace de canal transmisor entre los jóvenes y los ayuntamientos de la comarca y un programa de acompañamiento de tarde que va dirigido a los alumnos en dificultades socioeconómicas. Se quedan por la tarde dos horas, se les da de comer y se les ayuda con la tarea. Funciona con profesores voluntarios y es un compromiso del centro con la equidad. Hay un taller de habilidades sociales, una escuela de familias y programas singulares como "Pásalo a limpio", que busca la belleza de las aulas y ha mejorado muchísimo el centro. En vez de sancionar al que ensucia, premiamos a los que más embellecen. Hay muchas actividades que persiguen que el alumnado participe en el funcionamiento del centro y hemos visto que, cuando se les implica y toman conciencia, las cosas funcionan mejor. También está el intercambio con Francia, hay un grupo de teatro y todas las materias realizan alguna actividad extraescolar para enriquecer el currículo y y que tengan experiencias no habituales.
- Se critica la implicación de los jóvenes. ¿Qué le parece?
-Mi opinión personal es que son más implicados ahora que en mi generación. Antes funcionábamos con el miedo, pero ahora no lo tienen y su comportamiento es muy bueno.
- Destaca la fuerte conexión del centro con la comunidad.
-La relación de este centro con el entorno es ejemplar. No es habitual, pero es una dinámica que aquí existe desde hace mucho.
- ¿Qué aporta esa relación?
-Creemos que una de las claves es la apertura a la comunidad, sin el entorno no se puede hacer nada. La educación es una diacronía, porque se hace a lo largo del tiempo, y una utopía, porque no es una cosa que se produce en un lugar, sino en todas partes. Por eso, habría que inundar de actividad educativa todos los espacios donde está el alumnado.
- ¿Cómo están en materia de infraestructuras?
-Habría que hacer reformas importantes, sobre todo en el edificio viejo, pues tiene problemas estructurales en el tejado, lo que nos provoca goteras. El pavimentado exterior también requeriría un asfaltado. Luego estamos teniendo problemas con las redes de conexión a internet, lo que nos afecta muchísimo.
- ¿Cómo es la plantilla?
-La mayoría de la gente trabaja más de lo que por ley le corresponde.
- ¿Se sienten reconocidos?
-En general creo que no, pero en la zona mucho más que en la media.
- Se avecina un nuevo cambio educativo, ¿qué opina?
-No es conveniente andar cambiando la ley educativa, es una barbaridad, sobre todo porque no da tiempo a implementar los cambios. También digo que está bien cualquier ley que trate de centrarse en atender las posibilidades de aprendizaje del alumnado. Cuando hablo con los profesores sale la palabra desconcierto, porque ahora ya no está tan claro lo que significa 'saber'. Antes era ser capaz de repetir aquello que se estudiaba, pero ahora se necesitan otras cosas como discriminar la información más válida.
