"La cultura de la colaboración entre el sector público y privado es un activo en Taramundi y es clave para emprender nuevos proyectos", señaló ayer el investigador de la Universidad de Alicante Josep Ivars durante la presentación de los resultados del proyecto de investigación "Nuevos enfoques para la planificación y gestión del territorio turístico: los destinos inteligentes". Asegura Ivars que el concejo taramundés, igual que fue la cuna del turismo rural, también lo podría ser del turismo inteligente en el medio rural.

El proyecto, liderado por la Universidad de Alicante y que cuenta con investigadores de otros centros como la Universidad de Oviedo, estudió ocho enclaves con el objetivo de evaluar cómo el destino inteligente se puede aplicar a los diferentes ámbitos. En materia rural los datos se extrajeron exclusivamente de Taramundi, ya que en Caravaca de la Cruz (Murcia), el otro enclave inicialmente elegido, los investigadores no lograron la colaboración suficiente y por tanto los resultados no fueron válidos. En este sentido aplauden como virtud la colaboración taramundesa. "Un modelo de destino turístico inteligente (dti) fracasaría sin gobernanza ni cooperación", señala el profesor de la Universidad de Oviedo Eduardo A. del Valle.

Cabe precisar que un dti es, según la Secretaría de Estado de Turismo, "un destino innovador, consolidado sobre una infraestructura tecnológica de vanguardia, que garantiza el desarrollo sostenible del territorio turístico, accesible para todos, que facilita la interacción e integración del visitante con el entorno e incrementa la calidad de su experiencia en el destino, a la vez que mejora la calidad de vida del residente".

Partiendo de esta base, los investigadores encuestaron a los responsables municipales, a los empresarios turísticos y a más de doscientos turistas. De los datos extraídos de estos últimos quedó claro que "Taramundi es un destino muy consolidado y la valoración que hacen los turistas es muy positiva, de ocho o superior". "La satisfacción con el destino es amplia", añade.

El proyecto se dedicó a analizar diferentes indicadores que definen este tipo de destinos. Sin embargo, explican los investigadores, el dti es un concepto usado en los medios urbanos y que no se ciñe bien al rural. En este sentido se encontraron con dualidades como por ejemplo el uso de la tecnología, que en el ámbito urbano es irrenunciable. "En la zona rural hay clientes a los que no les importa tanto porque buscan desconectar", añade Del Valle.

Los expertos sí que encontraron "limitaciones serias" desde el ámbito de las infraestructuras. "Los modelos de destino inteligente se basan en sensores, compartir datos... pero para eso se necesitan equipamientos e infraestructuras", precisa Del Valle. En este sentido, considera que son elementos que Taramundi podría incorporar para mejorar aspectos como la gestión de los recursos. En todo caso, dicen, avanzar en esta materia debe plantearse como un reto a largo plazo.