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JUAN CARLOS MENÉNDEZ, "KALY" | Empresario de turismo activo, celebra su 25.º aniversario en Serandinas (Boal)

"Irse al Oriente es una tentación, pero el Occidente me da otras satisfacciones"

"Necesitamos salir fuera y copiar los proyectos exitosos"

Juan Carlos Menéndez, "Kaly". A. M. SERRANO

Juan Carlos Menéndez, "Kaly" (Soto del Barco, 1961), estudió Delineación y Dibujo Técnico, pero su pasión por las piraguas le animó a emprender otro camino profesional, relacionado con el turismo activo. Gestiona el albergue de Serandinas (Boal) desde hace 25 años y se ha convertido en un empresario de referencia en Asturias por su apuesta pionera por actividades de ocio dirigidas a turistas y personas con discapacidad.

- Cuéntenos por qué se decantó por crear una empresa de turismo activo.

-Fue una apuesta arriesgada en un momento en que el turismo activo no tenía ni esa definición, era turismo de actividades. Llegué aquí porque fui piragüista en el club Los Cuervos de Pravia. En Dinamarca, visité un lugar donde hacía lo que ahora hago yo en el río Navia y pensé: "Esto es lo que me gusta". Me decanté por la cuenta naviega porque el Sella estaba muy masificado. En vez de ser guía, te dedicabas en realidad a alquiler el material y aquello no era lo mío. Me encanta descubrir cosas y en Asturias tenemos rincones increíbles. Me di cuenta de que no hace falta irse al Nilo o al Amazonas para hace una expedición que te quede en el recuerdo.

- Su empresa cumple 25 años asentada en la zona rural del Occidente. ¿Ha sido un camino fácil?

-No. Detrás hay mucho trabajo. Llegué a Boal porque salía a concurso la gestión del albergue de Serandinas. Entonces, Boal estaba a ocho horas y media de Madrid. Los turistas de la capital de España, por ejemplo, tenían que hacer cinco horas por carretera para llegar a Oviedo ¡y tres horas y media para llegar a Serandinas y hacer una expedición en canoa por el río Navia! Hace 25 años, no había nada: ni promoción turística ni carreteras competitivas. Tuve que trazar las rutas con mapas de desnivel... Es cierto que, turísticamente, "sonaba" mucho Taramundi, Oscos, Luarca y Tapia. Recuerdo que Cudillero empezaba a despegar...

- Y decidió quedarse pese a todo.

-Sí. Me centré en todo el potencial que tenía esta zona de la cuenca naviega. Invité a fotógrafos reputados a retratar lugares increíbles. También impulsé la hoy extinta asociación de hostelería y turismo del Valle del Navia cuando aquí no llegaban las ayudas europeas Proder y Leader. Creo que este colectivo hizo una gran labor en su momento porque ayudó a la comarca a crecer turísticamente. Logramos vincular al sector con la zona, hacer producto.

- ¿Qué errores se comenten en turismo rural?

-Pues lo primero, decir turismo rural, así, de forma genérica. El turista cada vez se especializa más. Antes de visitar un lugar consulta a través de internet todo tipo de detalles. Es decir, busca algo concreto y por eso se debe ofrecer algo concreto. El turismo rural son muchas cosas y es un reto focalizar los productos, buscar lo que se desea, especializarse en algo y salir a venderlo.

- ¿Nunca pensó en irse al oriente de Asturias, donde el desarrollo turístico es mayor?

-Es una tentación, sin duda. Desde luego, sería más rentable, pero perdería el papel que tengo aquí, el de monitor. En el Oriente, me dedicaría a alquilar material de turismo activo. Occidente me da otras satisfacciones. Es otra forma de vida.

- ¿Es rentable?

-Sí. Tengo que hacer de guía en otras zonas de Asturias porque los meses de invierno son flojos, pero se puede vivir de esto.

- ¿Qué no hace la comarca que sí debería hacer?

-No creer en su potencial. Si te paras un momento a pensar el Occidente tiene de todo. Pienso en el castro de Coaña, el conjunto etnográfico Os Teixóis, el museo etnográfico de Grandas de Salime, la ría del Eo, el Parque de la Vida de Valdés, la reserva natural de Muniellos, el parque natural de Somiedo...

- ¿Qué pasa entonces?

-Que tenemos que viajar, fijarnos en aquellos proyectos turísticos exitosos y copiar.

- ¿Echa de menos la unión de los empresarios del sector?

-Deberíamos estar más unidos. Un alojamiento que esté lleno siempre debe recomendar el hotel que está enfrente. Además, debemos apostar por lo que tenemos cerca. Si el turista que se aloja aquí quiere hacer cosas, pues no le recomiendes hacer el descenso del Sella o visitar la playa de las Catedrales de A Mariña lucense. Aquí hay otras oportunidades... Tenemos múltiples opciones en el Occidente. Si le dices que visite el Oriente, como está alojado en el Occidente, tardará dos horas en llegar al destino y la próxima vez dirá: "Mejor alojarnos donde hay cosas que hacer".

- ¿Cómo ve el futuro?

-Necesitamos un plan estratégico de promoción de la comarca. Tenemos oferta de todos los estilos cerca y debemos mostrarla y debemos, también, salir de los localismos y de las burbujas y vendernos como una zona donde es posible hacer cosas. Una casa rural o una habitación pueden ser muy bonitas, pero al final, son cuatro paredes y el turista, por regla casi general, no viene a estar entre cuatro paredes, ¿no? También creo que debemos desestacionalizar la oferta, dirigirnos a colegios que hacen actividades en horarios lectivos, a grupos personas mayores que tienen más tiempo para viajar... Y no centrarnos solo en el turismo, sería una apuesta arriesgada, una comarca rica necesita otros sectores.

- ¿Pide apoyo político?

-De política prefiero no hablar. Sí diré que las empresas de turismo activo tenemos que aplicar el 21 por ciento de IVA, y el resto de empresas de turismo, el 10 por ciento. Es injusto.

- ¿Faltan en el Occidente servicios o infraestructuras?

-Internet hoy es fundamental para emprender y a la zona rural llega mal. En cuanto a la mejora de carreteras, la apuesta que hay sobre la mesa no es suficiente.

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