Este curso se cumple el primer centenario del inicio de la actividad educativa en la escuela de Figueras, que en la actualidad es una de las dos que conforman el colegio rural agrupado (CAR) Tapia-Castropol. La dirección del centro quiere que la efeméride no pase desaparecbida y está preparando un amplio programa de actividades para celebrarla por todo lo alto. Además, pide la colaboración vecinal de cara a rescatar materiales ligados a la historia del inmueble gestionado por la Fundación Villamil.

En su testamento, de septiembre de 1904, Florencio López Villamil, natural de Figueras y emigrante a Uruguay, dejó dispuesto el legado de una importante cantidad de dinero a su pueblo natal para constituir una fundación benéfico docente que aportase educación gratuita y laica a los niños de Figueras y Barres. La obra se adjudicó en 1913 por 17.970 pesetas y se inauguró en 1917, aunque tardó algún tiempo en iniciar la actividad.

El centro, en cuyas dos escuelas se forman 38 alumnos, quiere reivindicar la figura de López Villamil, por lo que su gesto supuso para decenas de vecinos.