La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Aguanes, el pueblo repoblado en cadena

Olga Cuervo fue pionera en los años 80 en alquilar su casa en la aldea, entonces deshabitada: su gesto atrajo a más vecinos

Casa Segunde. D. Á.

A Aguanes han vuelto los vecinos que se habían ido en los años 60. No son "okupas", defienden, como los calificó el Consejero Fernando Lastra días atrás al abordar la petición -que rechaza el Principado- de que se arregle un camino y pueda funcionar el transporte escolar del pueblo hasta Berducedo, en Allande.

La polémica ha puesto Aguanes en el mapa. Este pueblo, de la parroquia de San Martín del Valledor, siempre fue considerado un auténtico paraíso tanto por la imponente naturaleza que lo rodea como por la productividad de su tierra. Pero llegar a él nunca ha sido tarea fácil. Ahora hay acceso rodado por una pista forestal de unos 7 kilómetros para la que sus vecinos reclaman una reparación definitiva.

Las difíciles comunicaciones del pueblo hicieron que en los años 60 la mayoría de sus moradores, unos 50 repartidos entre las cinco casas de la localidad, tomaran la decisión de irse del pueblo. Olga Cuervo, moiraza (primogénito familiar que se queda con la vivienda) de Casa Segunde, lo hizo para darles la oportunidad de estudiar a sus hijos y se trasladó a Baldedo, cerca de Berducedo, donde estaba el colegio y se mantiene.

Recuerda con cariño los 31 años que vivió en su pueblo natal, la dureza, pero también las satisfacciones. "Teníamos viñedo, bodega, incluso se plantaba tabaco y recogíamos melones y melocotones", rememora Cuervo, de 86 años. Siempre quiso mantener su casa en pie, a pesar de no poder residir en ella. Algo que le resultó más fácil cuando llegó Isabel Cadenas con su familia, en los años ochenta.

Buscaban un lugar idóneo para poder criar sus cabras y les habían hablado de Aguanes y su sierra, así que le planteó a Cuervo comprarle su casa. El pueblo ya llevaba deshabitado más de 10 años. Aunque no accedió a realizar la venta, sí ofreció a la familia poder instalarse en su casa, permitiendo así repoblar nuevamente su localidad.

"Mi casa entonces iba bien, no se caía y los vecinos al verlo decidieron seguir el ejemplo y permitir que nuevas familias se pudieran instalar allí", explica. Ahora, Aguanes tiene nueve habitantes, entre ellos tres niños para los que se reclama un transporte escolar a Berducedo, y Casa Segunde se mantiene viva gracias a la hija de Isabel Cadenas, Sureyna Muñiz, que regresó tras acabar sus estudios en Oviedo.

Compartir el artículo

stats