La canguesa Eva Fernández ha hecho de su sueño su profesión. Su pasión por la moda y los zapatos y un blog de dibujo lleno de diseños fueron el principio de un proyecto que le llevó a crear su propia marca de calzado de mujer, que vende a través de internet desde Cangas del Narcea.

Estudió empresariales y después de varias decepciones en el ámbito laboral y con el apoyo de su familia se decidió a emprender y comenzó a darles vida a sus bocetos. Para ello, viajó hasta Alicante en busca de una fábrica de zapatos lo más artesanal posible. "Tenía claro que quería que mis zapatos fueran de calidad y en piel y eso lo encontré en una fábrica pequeña y artesanal", apunta.

Con una fábrica dispuesta a dar forma a sus ideas, consiguió que su primera colección saliese a la venta en abril de 2018 con 12 modelos diferentes en tacón alto, medio y bailarinas y, en la actualidad, está comenzando a promocionar su segunda colección de 10 zapatos de tacón alto y ancho.

"Hago partidas pequeñas porque lo que quiero vender es exclusividad, que las chicas que compren mis zapatos sientan que llevan algo especial", señala. Además, una característica de sus diseños es el colorido, se decanta por tonos atrevidos y llamativos, porque tiene claro que "unos zapatos pueden salvar un look".

Fernández ha apostado por establecer en Cangas su centro de operaciones, donde recibe sus zapatos y desde donde distribuye sus pedidos al resto de España. La única pega que le ve a estar en Cangas es que los envíos pueden tardar más en llegar a sus clientes que si estuviera en una gran ciudad, pero no considera que le repercuta negativamente.

Robert Vetusta es el nombre que eligió para su marca de zapatos, un nombre masculino en honor a su hermano y con un guiño a la capital asturiana utilizando el apelativo ficticio que le dio en "La Regenta" Clarín a Oviedo.

Como objetivo para un futuro cercano quiere abrir su mercado hacia la personalización de zapatos, permitiendo a las clientas poder seleccionar color, tacón o forma.