La figuerense Ángela Fraga se topó a finales de 2017 un perro vagando solo por las inmediaciones de la rotonda de acceso a la villa de Figueras. Aunque entonces no sentía especial predilección por estos animales, aquella situación cambió en parte su vida y las de sus amigas. Se movilizaron de inmediato para lograr que aquel animal volviese con su propietario o, al menos, recibiese atención y desde aquel día se convirtieron en voluntarias del Ayuntamiento de Castropol para dar atención a los perros abandonados en el concejo. A finales del año pasado dieron un paso más y constituyeron "Castrocanin" una asociación protectora de animales única en Oscos-Eo.
"Aquello me dio un vuelco el corazón. Nunca me había pasado nada igual", reconoce Ángela, que forma parte del grupo junto a Laura Fernández (presidenta del colectivo), Raquel Carbajales, Ana Lorigados, Alicia Pintor y Mauro García. El grupo está totalmente implicado con esta labor altruista y, aunque no cierran las puertas a nuevos voluntarios, piden compromiso, pues "esto es una responsabilidad". "Desde que estamos aquí, los animales no quedaron un día sin pasear", apunta Laura, que cada domingo organiza los turnos de trabajo.
Entre los seis se coordinan para dar atención diaria a todos los animales (reciben dos visitas diarias) que pasan por Serrasa, donde está el centro municipal de depósito de animales. Además, aunque tratan de que las jaulas disponibles estén en buenas condiciones siempre, una o dos veces al mes hacen una limpieza más intensiva del espacio.
Desde su llegada, y gracias a la colaboración del consistorio y a las numerosas donaciones de particulares y colectivos que reciben, se han mejorado notablemente las instalaciones, pasando de dos a seis cubículos, de camas de madera para los animales y disponiendo de un piso de cemento para evitar la acumulación de barro por las lluvias. Les quedan mejoras pendientes como disponer de luz o agua caliente y también esperan por una entrevista con el Alcalde castropolense, que aún no las ha recibido formalmente.
Desde que son voluntarias han pasado por sus manos una veintena de animales y, aunque se muestran encantadas al lograr las adopciones, también les provoca disgusto por lo que se encariñan con ellos. De hecho, aún recuerdan la llorera que pillaron en su primera adopción: "Al acabar el proceso pensamos que esto no era para nosotros por el sufrimiento que nos provocaba". Sin embargo, continuaron porque, como dice Laura, "yo ahora mismo tengo la necesidad de venir".
Cuando se localiza un perro en el concejo se pone en marcha el procedimiento. La Policía Local recoge a los animales y los traslada a Serrasa donde "Castrocanin" les da atención. Pasan ocho días en depósito y, a partir de ahí, se inicia el proceso de adopción. Lo logran con relativa facilidad, salvo con el caso de "Bat", que llegó de cachorro al depósito y lleva diez años en Serrasa. Pese a su buen servicio e instalaciones, la normativa les impide atender a perros de concejos vecinos y por eso invitan a los ayuntamientos a explorar fórmulas de colaboración que les permitan asistir a perros de municipios vecinos que necesiten su ayuda.
El modelo de Vegadeo
El Ayuntamiento de Vegadeo también se ha esforzado por mejorar su depósito de animales. Con la llegada del equipo de César Álvarez a la Alcaldía se regularizó el espacio de atención, se empezó a potenciar la adopción y también se creó un grupo de voluntarios ("La Patrulla Canina") para atender a los animales. El edil de Participación Ciudadana, Daniel Lasheras, cuenta que si de algo está "orgulloso" es de que en estos cuatro años no se ha sacrificado a ningún animal. Además, tiene planes de mejorar el depósito haciéndolo más espacioso y cómodo.
También buscan a más voluntarios pues ahora solo está operativa Marisa Cotarelo, una apasionada de los perros que se ocupa del paseo y la limpieza de los animales que pasan por el depósito ubicado en la capital del concejo. "Los trato como si fueran míos", explica.
