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Boal cataloga su patrimonio indiano, único en Asturias por el número de escuelas

"No existe un estilo propiamente indiano, bebe de la arquitectura local e introduce elementos exóticos", indica el geógrafo Carlos Sánchez

Escuelas nacionales de San Luis, actual centro de interpretación de la emigración e instrucción pública. REPRODUCCIÓN DE A. M. SERRANO

Boal ya sabe casi todo de la arquitectura indiana que atesora. El catálogo editado por el Ayuntamiento y presentado ayer es un libro de consulta, pero también "un recuerdo para los emigrantes" y una fórmula para "difundir el inmenso valor de su obra".

La huella indiana boalesa es singular por las 21 escuelas que impulsó. Lo cuenta el historiador José Manuel Prieto, quien ha estudiado ampliamente lo que ocurrió en este concejo de la cuenca naviega en el siglo XX. "Lo más llamativo es que se logró una escuela por cada distrito", explica.

La Sociedad de Instrucción Naturales del Concejo de Boal en La Habana data de 1911 y es "la más importante de Asturias y de España" por su hacer. Estaba especialmente preocupada por la educación de la población boalesa, y por ello sus integrantes levantaron centros educativos en todos los pueblos de influencia. "Lo consiguen cincuenta años después. Fueron muy tenaces, algo insólito", opina Prieto. "Más allá de la arquitectura de los edificios, destaca la perseverancia de los indianos de Boal", explica.

Las primeras escuelas se levantaron antes de la Guerra Civil, una contienda que frenó los proyectos de obra. En los años cincuenta "se retomaron otras construcciones". La Sociedad diseñó un modelo y lo repitió. Las primeras escuelas eran más grandes que las últimas y sirvieron de inspiración a los emigrantes de Salcedo (Grado). En el catálogo de patrimonio indiano de Boal hay documentadas, además de las 21 escuelas, 16 viviendas, seis infraestructuras o equipamientos públicos como lavaderos, fuentes y caminos o carreteras, cuatro fondas y cuatro panteones.

Entre las viviendas destaca "Villa Anita" por su decoración exterior: "sus galerías y sus coloridos azulejos". Ordenó su construcción Celestino Martínez, empresario de una fábrica de dulces de La Habana. El lavadero también es singular, según Prieto, por su gran tamaño, solo comparable con los de Luarca y Avilés. En el campo de las anécdotas, el historiador menciona el hacer de Rosendo Martínez, propietario de una galería de arte en Buenos Aires e impulsor de una colecta popular para financiar las antiguas escuelas de Serandinas.

El geógrafo Carlos Sánchez, autor de las fichas técnicas del catálogo, añade que en Boal "no existe un estilo arquitectónico propiamente indiano". Los edificios "beben de la arquitectura local, introduciendo elementos exóticos y, en menor medida, estilos formales como el regionalismo o el historicismo", subraya. El colectivo vecinal "Forum Boal", presidido por Verónica Bermúdez, elogia el catálogo: "es importante saber qué tenemos".

El trabajo se presentó en dos formatos: un libro de 60 páginas y 130 imágenes y un visor cartográfico que está disponible en la web del Ayuntamiento. Los interesados en hacer la ruta indiana tienen más detalles en el mapa interactivo de la misma web.

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