El Alcalde de Cudillero, Ignacio Escribano (Madrid, 1975), repetirá como candidato en las elecciones municipales con el PP. Se mudó hace unos 10 años a Cudillero -donde veraneaba- desde la capital, en la que este nieto del que fuera jefe de la Casa del Rey Sabino Fernández Campo ejercía de abogado. Ahora aspira a ganar por mayoría para concluir los proyectos iniciados en 2015, cuando ganó la Alcaldía tras dos décadas de liderazgo socialista.
- Repite, ¿por qué?
-Tengo ánimo e ilusión. Los últimos cuatro años este gobierno hizo muchas cosas y necesita otro mandato para concluir los proyectos iniciados. Debíamos nueve millones de euros y ahora debemos cinco. Hemos reducido el gasto e incrementado los ingresos sin subir los impuestos y las tasas. Se han arreglado camino y se han hecho parques infantiles... Y lo mejor: hemos recuperado la ilusión, el compromiso, el esfuerzo y la cercanía.
- ¿Cuáles serán sus proyectos estrella?
-No podemos hacer público el programa electoral porque nos lo copiaría la competencia. Sí diré que, al gobernar, partimos con ventaja porque conocemos las necesidades reales del concejo. De hecho, la avanzaré dos cosas: queremos que todo el concejo tenga saneamiento y también traer el agua desde Muros de Nalón a través de Cadasa para evitar los problemas de turbidez.
- En 2015 se afilió al PP. Nunca había tenido hasta entonces cargo político. ¿Cómo ha sido la experiencia?
-No me gusta la forma de hacer política de muchas personas. A veces hay más intereses personales que generales y eso no va conmigo. Yo no pienso apoltronarme aquí, en el sillón de la Alcaldía. Será mi último mandato. Además, este es un Ayuntamiento complicado. Teníamos mucha puertas cerradas. Cuando picabas en la administración regional, el Ayuntamiento de Cudillero era la oveja negra. En ese sentido, el PP ha recuperado las relaciones con otros organismos. También tenemos la confianza de los vecinos. Podré tardar más o menos en solucionar un problema, pero al menos los atendiendo todos.
- ¿En qué ha cambiado el Ayuntamiento?
-Le pondré un ejemplo. Aquí no se picaba en las puertas cuando estaban cerradas. Yo seré el Alcalde, pero no soy un maleducado y, si una puerta está cerrada, pico. Son detalles que han cambiado. Además, había mucho trabajo interno que hacer. Aquí no había inspección urbanística ni colaboración entre algunos departamentos cercanos ni organigrama municipal, por ejemplo. El cambio ha sido brutal.
- La concejala que empezó siendo su mano derecha, Verónica Pardo, apenas tiene ahora actividad política.
-Yo me siento respaldado por mi equipo, por el PP. Eso sí, me gusta que me digan las cosas a la cara, no por la espalda. No puedo hablar por Verónica Pardo, pero imagino que vino al Ayuntamiento con unas expectativas que no se cumplieron.
- ¿Quién formará parte de su lista electoral?
-Repite Felipe Fernández y espero que lo haga Mariví Álvarez. Habrá caras nuevas y personas independientes. Gente resolutiva y honrada.
- El PP vive días convulsos. ¿Mercedes Fernández o Teresa Mallada?
-Tenemos una candidata muy capaz. Me encanta. En cuanto a Mercedes Fernández, ha hecho un gran trabajo, pero un cambio no viene mal.
