Los vecinos de Figueras no salen de su asombro tras descubrir el robo de uno de los cálices de la iglesia de la localidad. El autor de los hechos no solo se llevó esta copa usada para consagrar el vino en la misa sino también la caja de madera (sagrario) en la que se cobija.

El párroco de Castropol, Juan Ignacio García, confirmó ayer los hechos, que se produjeron a finales de la semana pasada. No obstante, restó importancia a lo sucedido al indicar que la copa robada era una pequeña. "No sé si fue por maldad o por llevar algo", apuntó el sacerdote, que ayer por la mañana aún no había presentado denuncia alguna ante la Guardia Civil, cuestión que tenía pendiente de consultar a sus superiores.

La iglesia suele estar cerrada de manera habitual, por eso los vecinos creen que el robo pudo producirse el viernes por la tarde tras un entierro y aprovechando que tardó más tiempo de lo habitual en cerrarse con llave el templo. En todo caso, lamentan que el párroco no haya dado cuenta de lo sucedido a los feligreses, que se enteraron de lo sucedido por una vecina que lo anunció a través de las redes sociales.

Todo apunta a que el cáliz sustraído es de escaso valor. Sin embargo, investigadores locales apuntan que en el templo se guarda uno que data del siglo XVIII.