La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El fiasco del ramal de Ence en Navia: de proyecto estrella a senda peligrosa

Los vecinos obligados a vender sus terrenos en unas expropiaciones que consideran "injustas" sienten pena: "Es un fastidio ver esto así"

Un tramo de viaducto del ramal de Ence. A. M. SERRANO

Lo que queda del ramal de Ence, la vía férrea de 1,5 kilómetros que tenía previsto unir la planta de celulosa de Navia con la línea El Ferrol-Gijón para sacar el material de la fábrica naviega por el puerto gijonés, es hoy para muchos "una senda". Un camino a punto de llenarse de maleza, pero que, por tramos, tiene algo que no se ve en otras sendas al uso: balaustrada azul que recuerda a las autovías, dos viaductos y un túnel. Tras el acuerdo de la papelera para sacar la pasta de celulosa por el puerto lucense de Ribadeo, el gran proyecto del ramal fue agonizando hasta morir.

Acceder a lo que queda de obra es fácil. Hay señales de prohibido el paso por tramos y solo una zona trata de ser inaccesible sin lograrlo del todo: es el túnel que pasa bajo la carretera que une Navia y Villayón, con cajas de hormigón en sus extremos. En la zona no son pocos los que utilizan el camino como lugar habitual de paseo, al menos desde el camino que se toma en Talarén hasta la llegada a Balmeón. Al final del tramo se accede directamente a la vía del tren. No hay en este lugar nada que impida llegar a la línea El Ferrol-Gijón.

Los vecinos expropiados son los que más "pena" sienten por el abandono de la obra y el estado actual de esta zona de Navia. Los terrenos para hacer el llamado ramal de Ence se expropiaron "de un día para otro" y algunos de los afectados todavía pleitean para lograr un precio "justo" por los terrenos que aportaron a la causa. Florentina García es una de las pocas que no esconde su historia. Esta vecina tiene el ramal "a unos 15 metros" de su casa, que ahora hereda su hija. "No tenemos palabras; ver esto así todos los días es un fastidio", comenta. Ella siente que hay algo "injusto "en todo lo que pasó con esta obra. Por 2.000 metros cuadrados de terrenos le pagaron 19.000 euros. Su caso sigue en manos de la Justicia. "Al final esto se quedó hecho un desastre; el terreno y la casa perdieron valor y lo que tengo cerca es un camino peligroso", opina.

Amador Rodríguez es hijo de otro propietario expropiado. A su padre el Principado le compró, por un precio que tampoco consideró justo, parte de un terreno "que hace el dibujo de un rombo". "Le quedaron, por así decirlo, los dos picos, donde no puede hacer nada", explica Rodríguez. Las familias suelen añadir un episodio con carga emocional. El padre de Amador Rodríguez plantó "a pico y pala" pinos que más tarde perdió para que la administración pudiera hacer esta obra que, según las expropiaciones, era de interés general. Este caso también está en manos de los juzgados.

En Navia se conocen otras historias: familias que tenían reservado un terreno urbanizable para hacer una casa a un hijo. No pudo ser porque las obras del ramal, que se iniciaron gracias a un convenio firmado en 2010 entre Ence, Principado y la extinta Feve (hoy Adif), obligaron a expropiar las superficies.

Compartir el artículo

stats