La escritora e ilustradora ovetense Violeta Monreal llegó ayer a Vegadeo a lo "Mary Poppins", aunque, en lugar de bolso, tiró de una pequeña maleta de la que fue sacando los más variados materiales para confeccionar sus originales creaciones de "papel rasgado". Lo hizo mientras defendía la imperfección: "Si me sale mal, lo repito. Me puedo equivocar, pero lo importante es reconocer las equivocaciones. Las tuyas propias, las de los demás que las reconozcan ellos".

Monreal fue la escritora número ochenta y dos que participa en los "Encuentros con autor" del Foro Comunicación y Escuela, el proyecto que desde hace once años impulsa el instituto veigueño Elisa y Luis Villamil. La actividad de ayer se dirigió a los escolares del colegio rural agrupado (CRA) Oscos y del colegio veigueño Jovellanos, que leyeron el libro "No quiero un dragón en mi clase". Aprendieron con la autora a dibujar en el aire y también a crear sus "gurruminos", recortes imperfectos que funcionan como base a sus ilustraciones.

Todos siguieron con atención la particular intervención de Monreal, que se afanó en crear dos ilustraciones (una para cada centro), mientras fue ofreciendo pinceladas sobre su técnica creativa y consejos para la vida cotidiana. "Hay que tener mucho cuidado con los comentarios que se hacen del trabajo de los demás, pues los comentarios desagradables pueden hacer que dejen de trabajar", precisó, al tiempo que invitó a los pequeños a no dejar de trabajar aunque no tengan ninguna idea concreta, pues "surge cuando menos te lo esperas". Explicó también que "no hay trabajos pequeños y grandes, solo trabajos", pero lo que sí hay es dos formas de hacerlo: "Lo mejor posible o para liquidar".

Papel limpio

La clave para que un dibujo no acabe en la basura, dijo, es que se realice sobre un papel "limpio, que no esté arrugado, ni roto" y a partir de ahí hay que confiar en el "hilo invisible" que hace que el trabajo hable y se comunique con su autor. Este hilo invisible llevó a Monreal a crear una niña a base de papeles de colores y cartulinas, y también unos pájaros con los que hizo una metáfora sobre el tiempo "que pasa y no hay que desaprovechar".

Además de regalar sendas ilustraciones, obsequió a los pequeños con una "burbuja" de colores que pegó junto a la dedicatoria que estampó en sus libros. Invitó a los pequeños a leer porque funciona como ejercicio cerebral: "Cada vez que se lee se hace ejercicio, y eso hace que cuando tengamos problemas podamos resolverlos de una forma creativa".

Mañana la actividad del Foro se traslada a Figueras, donde se celebrará la jornada "Figueras, un espacio de novela", de la mano del escritor Miguel López.