La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los daños de la antigua explotación minera en Gillón, sin restaurar, llegan a los tribunales

SEO/BirdLife denuncia que la falta de recuperación del valle minero de Cangas del Narcea afecta a once hábitats y cien especies catalogadas

Nicolás López y Segundo Menéndez, ayer, ante una balsa de agua residual procedente de la mina situada en el Coto; al fondo, antiguos edificios de la mina. D. Á.

La ONG SEO/BirdLife ha iniciado los trámites para presentar un contencioso administrativo contra la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente por la inacción ante la falta de restauración ambiental en las zonas afectadas por la minería en el entorno del río Gillón, dentro del Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. De esta forma, la organización ecologista se suma a las reclamaciones ante los tribunales que la Asociación de Vecinos y Amigos del Valle de Gillón y Fuentes del Narcea lleva encabezando desde hace más de una década para intentar conseguir que los terrenos explotados por la empresa Antracitas de Gillón hasta 2005 vuelvan a su estado original.

La ONG explica que la denuncia se presenta por motivos ambientales contra la administración por considerarla "la máxima responsable de ejecutar los trabajos de restauración y vigilar que estos se lleven a cabo; a pesar de que el responsable es la empresa, el garante de que los ciudadanos de la zona puedan disfrutar de un medio ambiente sano y que se proteja a los ecosistemas, las especies y los hábitats es el Principado", señala Nicolás López, delegado de SEO/BirdLife en Asturias. Los ecologistas aseguran que el problema medioambiental que ha generado la no restauración del terreno está afectando a 11 hábitats, a casi 100 especies catalogadas y a especies protegidas como el urogallo, el pico mediano, varias especies de flora endémica o invertebrados con poblaciones únicas en Asturias. Asimismo, apuntan a que existe un grave deterioro de los ecosistemas acuáticos derivados de la proliferación de escombreras, la contaminación por vertidos y la destrucción de los cauces que ha conllevado a la pérdida de hábitats para especies amenazadas como el desmán ibérico o la salamandra rabilarga y añaden también que han desaparecido de los ríos y arroyos las truchas.

"Lo que nos parece más grave es que hemos visto que la legislación se viene incumpliendo desde hace 30 años, muchas administraciones y responsables han tenido una dejadez que ha provocado que se hayan gastado millones de euros en la restauración de unos terrenos en los que vemos que no se ha movido ni una sola piedra y creemos que basta ya de reírse de los habitantes de la zona y de la conservación del medio ambiente", subraya López.

Segundo Menéndez, de la Asociación de Vecinos y Amigos del Valle de Gillón-Fuentes del Narcea, agradeció el respaldo de la ONG a la lucha vecinal que ya logró llevar a la Confederación Hidrográfica del Cantábrico ante los tribunales, consiguiendo que por una sentencia, ratificada por la Audiencia Nacional en 2016, se les obligara a llevar a cabo la restauración de los cauces de los arroyos de la Raíz y la Braña, trabajos que aún no se han iniciado y que representan una pequeña parte de lo afectado por la extracción minera.

Menéndez explicó que en el inicio de la reclamación para llegar a la restauración tuvieron que dividir la denuncia en dos fases y ahora iniciarán los trámites para exigir la recuperación de la zona del grupo de Vega, de Coto, La Matiella y Subipiso 1 y 2.

Compartir el artículo

stats