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ANA LLANO | Presidenta de la asociación de turismo rural "Fuentes del Narcea"

"Fuentes del Narcea ha crecido, pero no queremos ser un destino masificado"

"Desde 2008 pedimos una regulación para los avistamientos; no puede ser que la gente crea que ver un oso es como ver un rebaño de vacas"

Ana Llano, en Cangas del Narcea. D. ÁLVAREZ

La asociación de turismo rural "Fuentes del Narcea" abrirá mañana su segundo festival de ecoturismo "En peligro de extinción", una ocasión única para empaparse de la cultura y tradiciones de los concejos de Cangas del Narcea, Degaña e Ibias. La presidenta del colectivo, Ana Llano, explica que es un puente en el que se esperan muchos madrileños, pero también anima a los asturianos a participar aprovechando el festivo de mañana, o a hacer una escapada de fin de semana.

- ¿Qué pretenden con este festival?

-Mostrar a la gente de fuera lo que hacemos para mantener la cultura y tradiciones. Nuestra principal ventaja es que mostramos cosas reales que se siguen haciendo en la vida cotidiana y si, por ejemplo, vas a ver cómo se pastorea un rebaño de oveja xalda, es una explotación en activo. Son experiencias reales al cien por cien, no es algo preparado ni un montaje.

- ¿Gustó a los que participaron en la primera edición?

-Se marcharon alucinados, encantados y sorprendidos porque algo tan arraigado es tan desconocido fuera. Este año estamos teniendo muy buena acogida, y muchos repiten. Además, habrá mucho mejor tiempo, porque el año pasado llovía a mares. Pretendemos que la gente reserve a través de la web y ya tenemos unas ciento cincuenta personas confirmadas, más o menos por la mitad, pues esperamos llegar a trescientos. Sabemos que mucha gente vendrá sin saber que existe el festival porque en puentes y temporada alta estamos llenos normalmente, así que estamos seguros de que se cubrirá al cien por cien.

- ¿Por qué esa apuesta por el ecoturismo?

-Es el paso siguiente al turismo rural, que era ir a un pueblo a ver cómo se vive en un pueblo. Se trata de hacerlo de manera responsable y sostenible, que en realidad es como se vive en las zonas rurales. Cuando empezó a hablarse del ecoturismo nosotros pensamos que por fin le habían puesto un nombre a lo que hacemos, porque en realidad es lo que ofrecemos desde hace mucho y, en ese sentido, somos uno de los primeros destinos en ecoturismo. También es verdad que estamos en una zona osera y estamos acostumbrados a que todas las actividades tengan que tener la premisa de la protección y, por tanto, todo lo hacemos así.

- ¿Cómo está actualmente el destino?

-El destino ha mejorado y en los últimos dos o tres años hemos duplicado el número de turistas. Está claro que hablamos de cifras que se las cuentas a alguien del Oriente y les da la risa, pero nuestra escala es diferente y no queremos ser un destino masificado. La tranquilidad tiene un precio. Hemos conseguido que mucha gente a nivel nacional, y también internacional, nos conozca gracias al boca a boca y a las pequeñas acciones que realizamos.

- Estos días se está hablando mucho de la importancia de compatibilizar el turismo en zonas oseras con la protección de la especie. ¿El turismo osero les beneficia?

-Nos beneficia, pero desde 2008 estamos pidiendo una regulación y un control de los avistamientos para evitar episodios como los de hace quince días (se refiere a un incidente con unos turistas que se acercaron más de lo debido a los animales). No puede ser que la gente crea que ver un oso es ver un rebaño de vacas. A nadie se le ocurre acercarse al lobo; pues con el oso tiene que ser lo mismo porque no puede ponerse en peligro ni a las personas ni al animal. Llevamos tiempo esperando esa regulación. Nosotros tenemos una especie de manual de buenas prácticas y recomendamos al turista que recurra a empresas locales, primero, por su seguridad y, segundo, para garantizar el avistamiento.

- ¿El oso es un gancho para el turista? ¿Notan la llegada de turistas en busca de avistamientos?

-A nivel nacional ha crecido el interés, y también a nivel internacional, pues en el norte de Europa hay mucha demanda, pero son pocos aún los que llegan y ahí no funciona el boca a boca. Pero sí que se nota el interés.

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