Uno de los principales problemas a los que se enfrentan los celiacos, según la periodista y directora de Celicidad, Lorena Pérez, es al infradiagnóstico. La organizadora, junto al Ayuntamiento cangués, de las Jornadas Cangas Sin Gluten ha puesto el foco de esta cuarta edición de la cita en la necesidad de que "cada celiaco sepa que lo es". En la introducción de las Jornadas, Pérez aportó el dato de que el 75 por ciento de las personas que son celiacas no están diagnosticadas.

Para ella este es uno de los grandes problemas a los que se enfrentan los celiacos, y asegura que "tardar 10 años en tener un diagnóstico complica mucho la calidad de vida de las personas celiacas y puede que cuando se inicie la dieta ya no revierta sus consecuencias y complique todas las enfermedades asociadas". Por ello lanza el mensaje, especialmente dirigido a los profesionales de la salud, de que "hay que pensar más en celiaquía".

Lorena Pérez añade además que igual de problemático es el autodiagnóstico, e insistió en que hasta que no lo indique un médico no se debe retirar el gluten de la dieta. "Para realizar las pruebas hay que llegar tomando gluten", apunta, a la vez que subraya que no es lo mismo que el resultado sea ser sensible al gluten o al trigo o tener la enfermedad celiaca que "supone un cambio para todo el entorno, ya que es posible que otro miembro de la familia lo padezca, y para nuestro cuerpo".

Sobre la sensibilidad al gluten sin ser celiaco habló la nutricionista Paula Barros, que hace hincapié en lo poco estudiado que está este trastorno. "Suele dar negativo en los marcadores y no tiene por qué ser genético; además, los síntomas son difusos y no hay pruebas concretas para detectarla", explica.

No obstante, en su consulta de nutricionista ha podido comprobar que al restringir el gluten en la dieta las personas mejoran, no solo de sus síntomas digestivos sino de otras manifestaciones como dolores articulares, problemas de tiroides, estado de la piel y el pelo, y cómo al reintroducirlo vuelven los problemas. "La atención debe ponerse en la permeabilidad intestinal y la microbiota, que son todos los bichitos que tenemos en el intestino, y cómo interactúan con nosotros", apunta. Añade que la alteración de esta barrera intestinal hace que pasen al organismo sustancias que no deberían llegar mientras que "cuando una persona tiene la barrera intestinal bien cerrada y todo funciona bien no pasan tantas sustancias y no vamos a tener el problema de que a tu sistema inmune le esté llegando un señal continua que lo está volviendo loco", expuso la especialista ayer en Cangas.

Paula Barros también quiso aclarar que "el gluten no es malo", pero matizó que es un proteína "difícil de digerir".

El ciclo de ponencias del primer día de las Jornadas Cangas Sin Gluten finalizó con la intervención de Miguel Ángel Lurueña, licenciado en Ciencia y Tecnología de los alimentos, que acercó al auditorio a los problemas que se detectan en el etiquetado de los productos. Expuso como cada vez el etiquetado sin gluten se está extendiendo más y en productos que no deberían llevarlo creando confusión. "Se ha puesto de moda porque muchos famosos lo promocionan diciendo que adelgaza y es más saludable, y en realidad no es así, una persona que no padezca un trastorno relacionado con el gluten no obtiene ningún beneficio comiendo productos sin gluten, pero las empresas se aprovechan", sentencia.

Puso ejemplos de etiquetado engañoso que se encuentran en el mercado como puede ser en algunas marcas de leche, los huevos o el zumo: "Ponerlo ahí no tiene justificación y es ilegal, porque da a entender que el resto de marcas podrían tenerlo". Además, advirtió de lo impreciso y poco fiable que es para los celiacos los productos que en su etiqueta aseguran ser bajos en gluten o que pueden contener trazas.