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Los barrios bodegueros reclaman su sitio

Los promotores piden protección para las bodegas tradicionales y convertirlas en recursos turísticos: "Hay que concienciar de su importancia histórica"

Joaquín Fernández, en el centro de la imagen, explica el funcionamiento de una bodega a parte de los asistentes al simposio, en Santiso. D. Á.

Los barrios históricos de bodegas fueron los encargados de cerrar ayer el XVII Simposio de la Asociación de Museos del Vino de España dedicado a la viticultura heroica. Con la visita a los barrios bodegueros de Santiso y Puenticiella, en Cangas del Narcea, se clausuró la tercera jornada del congreso que quiso poner la atención en la recuperación y el mantenimiento de las bodegas tradicionales.

El barrio bodeguero de Santiso se presentó como la experiencia canguesa de recuperación de las antiguas bodegas, aunque el presidente de la asociación cultural Santiso y Llamas y vicepresidente de la Asociación de Museos del Vino de España, el cangués Joaquín Fernández, aseguró que aún quedan pasos por dar. "Lo primero que tenemos que hacer es catalogar, luego legislar sobre qué es lo que queremos y cómo lo queremos y a partir de ahí invertir en restaurar y preparar las bodegas para que sean un recurso turístico", explica.

En Cangas del Narcea, el principal barrio de bodegas es Santiso pero también está el ejemplo de Puenticiella o Tebongo. "El gran paso es que se hiciera uno o dos para tenerlos como recurso turístico, Santiso está muy avanzado pero si no se legisla empezamos a ver algunas edificaciones que no se ajustan y que sería mejor que estuvieran en otros lugares", señala.

Sobre la importancia de revitalizar los barrios históricos de bodegas trabaja el Aula Pedro Vivanco, del Museo del vino de Vivanco, que este año decidió celebrar sus segundas jornadas dedicadas a esta arquitectura tradicional en Cangas del Narcea, coincidiendo con el simposio. "Los barrios de bodegas están en zonas que se están degradando con rapidez, no tienen los usos tradicionales sino que se emplean como merenderos y con estas jornadas intentamos concienciar de su valor histórico y patrimonial para comenzar una labor de rehabilitación", asegura Eduardo Díez, director del Museo Vivanco. Las jornadas sirvieron para visibilizar el trabajo de recuperación realizado en Aranda de Duero (Burgos) donde las bodegas subterráneas están declaradas Bien de Interés Cultural.

Además el arquitecto Félix Jové defendió la importancia de formar a técnicos para conservar este patrimonio.

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